martes, 31 de diciembre de 2013

Perfil de qué

A veces me deshago en los poemas que tú lees por las noches para no ahogarte y que yo leo por las mañanas para remar, es inevitable encontrarnos más cerca por palabras. Porque Neruda también lo sabe.
A veces me apena el paso triste del tiempo, las penas sin alcohol, las noches sin ti, los domingos sin ti, los inviernos sin ti, la vida sin mí.
A veces me quejo demasiado. Porque puedo. Porque quiero. Porque tengo derecho y porque a veces lo llevo interiorizado como un deber. La queja como forma de vida. Que hay que quejarse más, coño.

A veces me pierden mis propios argumentos, mis putas palabras, el modo de mis formas, mi violencia verbal, mi ingenio, mis celos, mis exabruptos, mi falta de educación, mi exceso de educación, mis verdades universales, mi falta de verdades universales, mi carácter, mi falta de objetividad, mis confrontaciones interiores, mis disonancias personales, las dudas, mi pasividad, mi implicación, la vehemencia, tú.

Me gusta la movilización, las intenciones que se convierten en hechos, las conversaciones con cervezas donde aprendes más que en cuatro años de puta universidad, me gusta la palabra coño porque estoy cansada de eufemismos, me gustan los ojos verdes y las miradas transparentes, me gustan las mentes, me gustan las inquietudes, me gusta debatir, enfadarme y rebatir, me gusta resistir, me gusta buscar en el diccionario las palabras que desconozco, me gustan los bares, me gusta sentir, me gusta la intensidad, me gusta caer porque es en el suelo donde mejor se mueven mis pies, me gusta volar porque no me gusta anclarme, me gusta luchar, me gusta intentarlo, me gusta intentarlo, me gusta intentarlo porque me gusta vivir.

Estoy harta del qué dirán, del miedo, del miedo, del miedo. Estoy harta de los excesos, de los recesos, de las carencias culturales de esta sociedad, a veces también estoy harta de la sociedad. Estoy harta del amor de escasos minutos, de no intentarlo, de salvar a todos y ser incapaz de salvarme a mí, estoy harta de que me coman la oreja con el fin de que me coman la boca, estoy harta de las relaciones de contrabando, de la distancia, de la seguridad, de la inseguridad, de la invisibilidad. Estoy harta de moverme en un eterno subjuntivo, de oscilar entre oraciones ambiguas, estoy harta de tener que contextualizar. Estoy harta de esta justicia que no es justicia, de los políticos, de la corrupción, de los partidos, de ideologías de izquierdas y de derechas, de banderas, de falsas patrias, de que siempre se joda al mismo...pero me sigue gustando la política.
Estoy harta de este eterno desencuentro, de la falta de ganas, del exceso de ganas que mata, estoy harta de los semáforos, estoy harta del conmigo sin ti.

Decía Camus: Me rebelo, luego existimos.
Ven y cambia todo esto. Y que no solo cambie el año.


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