domingo, 30 de noviembre de 2014

Escribo por impulsos.

De verdad te prometo que el mundo no es esto:
la       c     o     n     s     t     a     n     t    e   dilatación de la espera,  el sabor amargo del paladar del whisky rancio, las canciones desgastadas. Te prometo que el mundo se reduce a unos ojos donde el vértigo solo se siente en las entrañas.


Y saltar.


¿Qué se escribe con tanto miedo? ¿Quién se rompe con tanto miedo?






Eme



martes, 25 de noviembre de 2014

.

La ciudad arde.
La gente camina con paso dispuesto,
no se miran, no se tocan.
El peso de la sociedad cae
a bocajarro.

Hay obras en el banco de la calle principal,
insignias dedicadas a caciques,
la democracia predispuesta en la boca
como balas,
como refugio de fascistas,
movilizaciones, policía.
Se miran, se tocan.

Aquí yace el despropósito.

Camino por una ciudad que arde,
cruzo semáforos en rojo,
alguien grita, alguien gime,
llueve, tránsito.

Hay amores virulentos,
personas dejándose en otros,
tragedia, desgana, llanto,
llanto, llanto, tanto llanto
que quererse es un acto revolucionario.

Hay literatura, lecturas de Peri Rossi,
Gioconda Belli; rutina, días precipicio,
noches de lecturas, agobio, calor, calor.
Vivo en una ciudad incendio.

Se desliza la nostalgia por mis ojos,
sacudo mis instintos, estallo.
Jamás podré ser como se espera:
no sé gestionar ausencia,
digiero el deseo a quemarropa,
tengo tristeza líquida acumulada en la garganta.

Habito una ciudad que es fuego.

Sin ti.



"¿Cuándo vas a venir (otra vez)
por aquí?"

(Quique González)














jueves, 20 de noviembre de 2014

No es tarde para la contención,
tu boca clausurando mi boca,

La fiebre, el desprecio, el latido.
El golpe.
Quiero que me leas lento.

Se me cae la literatura de los ojos al perderte 


puntualmente.




martes, 11 de noviembre de 2014

Me gustas tú y el brillito de educación pública de tus ojos.
Siempre nos dijeron que había que empezar
d i n a m i t a n d o.

Cuando voy a la biblioteca y miro a sus ojos,
y pienso en qué persona se estará muriendo uno
para salvarse de todos,
cuando pienso que el problema o la solución
no es que quiera perderme
c o n t i g o
sino que no quiera encontrarme con
o t r o s.

y cuando pienso en que me gustas tú
y ese brillito de educación pública de tus ojos.

sábado, 1 de noviembre de 2014

La tarde.
En mi casa,
se cantan los goles 
desde mi infancia
del equipo descosido 
pero provisto de valentía
-que es quizás lo que me lleva
a blasfemar contra la cobardía-
igual que...
Por la noche 
me descoso entre copas
que me conducen
a escribirte todos los mensajes
que relego a borradores
-jamás acepté la
derrota diaria.

Es atroz la contradicción.

La madrugada.
Los latidos acumulándose
en el pecho.
Cuando grito a todos 
que el verso de Benedetti
porque te tengo y no
debería haber sido mío.

(al menos esta noche
al menos estos días)

Qué puta la distancia y las ciudades que la cobijan