domingo, 12 de enero de 2020

Veo a mujeres fuertes, inteligentes y autónomas todos los días en mi trabajo. Ellas arrastran su soledad por los pasillos y yo las admiro por entero, como si contemplase deidades extrañas. A veces me confiesan su vida: a cuántos años se han hipotecado, cómo odian Madrid centro, cuántos novios las han dejado, por qué se sienten maltrechas y rotas.
Cuando vuelvo a casa me abordan estas imágenes y pienso en lo provisionales y fragmentarios que nos hemos vuelto. Me gustaría decirles que ellas no tienen la culpa, que es esta sociedad la que ha olvidado los nexos y los anclajes.

*

Supongo que el amor en tiempos líquidos está vinculado a esto: desear y temer un nombre.

*

Este mes he recordado que cuando era adolescente anhelaba que el chaval que me gustaba por entonces eligiese el segundo movimiento de La Ley Innata  para entrar en sincronía. Es cierto que ahora me conformo con muchísimo menos.

*

Confieso que cuando llegué a Salamanca con dieciocho años era una tierna idealista. Me abrumaba conocer a tantas personas con los valores arraigados, la inteligencia desmedida, el discurso y el debate siempre carburando. Llegué a enamorarme de personas así, con un bagaje cultural desbordado, con sus contactitos en todos los círculos literarios que puede haber en una capital de provincias. Al final, sin sorpresa, me cansé de todos. 

*

En Fleabag hay una escena sobrecogedora que sentimos como propia las mujeres agotadas: "I want someone to tell me what to wear every morning. I want someone to tell me what to eat, what to like, what to hate, what to rage about. What to listen to, what band to like, what to buy tickerts for. What to joke about, what to not joke about. I want someone to tell me what to believe in. Who to vote for and who to love and how to tell them. I think I just want someonte to tell me how to live my life, Father, because so far I think I've been getting it wrong".

*

Hoy en Madrid el sol es una estufa de butano y tengo cerveza en el frigorífico: tampoco es cuestión de flagelarse.