martes, 14 de abril de 2015

Ahora me prefiero inexacta. Los días que pasan van volando de estación a estación, desdibujada, la primavera concluye cerca de Atocha y es que una se sabe más entre maletas y miradas furtivas que anclada a la tierra. Volver a casa es como desencantarse e insistir febrilmente. Volver a casa es enamorarse en cada pasaje, en cada esquina, despedazarse ligeramente.
Vivir así es morir cada día -qué pena que ande robándote versos, González, cuando tú me arrancas las noches y nunca llegamos a encontrarnos-, dejar la esencia para anidar en el hueco, como si pudiese cogerse el corazón y reventarlo con un llenos de instinto mal disimulado que suplicó el granaíno. 
Ahora me prefiero desgarrada, vestida de tristeza, pensando que toda boca tiene algo de religión.

Me descuelgo. Volver a casa es naufragar, saber que ya nunca leerás estas palabras.

Ahora escribo pájaros.

"Ahora escribo pájaros.
No los veo venir, no los elijo,
de golpe están ahí, son esto,
una bandada de palabras
posándose
una
a
una
en los alambres de la página,
chirriando, picoteando, lluvia de alas
y yo sin pan que darles, solamente
dejándolos venir. Tal vez
sea eso un árbol
o tal vez
el amor."

(Julio Cortázar)