martes, 31 de diciembre de 2013

Perfil de qué

A veces me deshago en los poemas que tú lees por las noches para no ahogarte y que yo leo por las mañanas para remar, es inevitable encontrarnos más cerca por palabras. Porque Neruda también lo sabe.
A veces me apena el paso triste del tiempo, las penas sin alcohol, las noches sin ti, los domingos sin ti, los inviernos sin ti, la vida sin mí.
A veces me quejo demasiado. Porque puedo. Porque quiero. Porque tengo derecho y porque a veces lo llevo interiorizado como un deber. La queja como forma de vida. Que hay que quejarse más, coño.

A veces me pierden mis propios argumentos, mis putas palabras, el modo de mis formas, mi violencia verbal, mi ingenio, mis celos, mis exabruptos, mi falta de educación, mi exceso de educación, mis verdades universales, mi falta de verdades universales, mi carácter, mi falta de objetividad, mis confrontaciones interiores, mis disonancias personales, las dudas, mi pasividad, mi implicación, la vehemencia, tú.

Me gusta la movilización, las intenciones que se convierten en hechos, las conversaciones con cervezas donde aprendes más que en cuatro años de puta universidad, me gusta la palabra coño porque estoy cansada de eufemismos, me gustan los ojos verdes y las miradas transparentes, me gustan las mentes, me gustan las inquietudes, me gusta debatir, enfadarme y rebatir, me gusta resistir, me gusta buscar en el diccionario las palabras que desconozco, me gustan los bares, me gusta sentir, me gusta la intensidad, me gusta caer porque es en el suelo donde mejor se mueven mis pies, me gusta volar porque no me gusta anclarme, me gusta luchar, me gusta intentarlo, me gusta intentarlo, me gusta intentarlo porque me gusta vivir.

Estoy harta del qué dirán, del miedo, del miedo, del miedo. Estoy harta de los excesos, de los recesos, de las carencias culturales de esta sociedad, a veces también estoy harta de la sociedad. Estoy harta del amor de escasos minutos, de no intentarlo, de salvar a todos y ser incapaz de salvarme a mí, estoy harta de que me coman la oreja con el fin de que me coman la boca, estoy harta de las relaciones de contrabando, de la distancia, de la seguridad, de la inseguridad, de la invisibilidad. Estoy harta de moverme en un eterno subjuntivo, de oscilar entre oraciones ambiguas, estoy harta de tener que contextualizar. Estoy harta de esta justicia que no es justicia, de los políticos, de la corrupción, de los partidos, de ideologías de izquierdas y de derechas, de banderas, de falsas patrias, de que siempre se joda al mismo...pero me sigue gustando la política.
Estoy harta de este eterno desencuentro, de la falta de ganas, del exceso de ganas que mata, estoy harta de los semáforos, estoy harta del conmigo sin ti.

Decía Camus: Me rebelo, luego existimos.
Ven y cambia todo esto. Y que no solo cambie el año.


domingo, 29 de diciembre de 2013

De todas las cosas que me han llamado...

Como si vivir no fuera ya un puto riesgo.
Para luego enfrentarte a huidas ajenas.
Doble riesgo.
La movida de la atracción.
Triple riesgo.
Y todo el desastre que ello conlleva.
Seguro que no entiendes nada.
Y qué.
Para quién.

Si estamos vacíos de realidad y cargados de promesas.
A ver quién se atreve a sujetarme el mundo.
Cuando me abandonas.
Y yo me deshago en palabras que ni nos representan.
Me duelen las manos de tanto dilatarse.
De tanto esperarte.

Escribo como quien va a la guerra porque tengo entre los dedos
minas antipersonas.
Estallo.

Son las seis de la mañana y leo a Irene,
también como quien va a la guerra:
Necesito que prometas que jamás dejarás que alguien me haga daño
pudiendo ser tú
el que haga todo.


De todas las cosas que me han llamado -desastre, caos, sucedáneos-
me quedo con tu boca
cuando me nombra.


miércoles, 25 de diciembre de 2013

X

-¿Sabina también te llama puta muchas veces?

-En todas sus canciones.

-Yo creía que Sabina hablaba del amor y sus miserias.

-Lo de princesa es un eufemismo, no te engañes. Pero no lo hace ya poéticamente. Las drogas y el alcohol pasan factura hasta a los dioses.

-¿Y le sale a pagar?

-Constantemente. Está Hacienda últimamente muy renegada. Su blanco favorito son los poetas. Nos tiene con el agua al cuello, a veces alguno se ahoga y ponte tú a desempolvar el traje para los funerales. Y el protocolo del pésame, el "lo siento en el alma" cuando te importa tres cojones. Que yo siempre digo que cuando se muere un poetilla del barrio es un perro menos que ladra.

-¿Y si no te mueres?

-Pues vives de papeleos y burocracia. Que de los poemas una no come, pero a veces sobrevive. Y aquí hay que declarar hasta el último soneto que se escribe. Yo a eso lo llamo terrorismo.

-¿Crees en Dios?

-Depende del día. Si se me caducan los yogures me cago en su existencia. Es en ese momento cuando tengo la fe desmedida. Normalmente, no suelo. Por no ofender.

-¿Crees en en el hombre?

-Creo en mí, y con eso me basto. Tampoco me hagas mucho caso porque no sé ni qué significa creer. Ni tampoco quiero saberlo. Estoy en ese momento de mi vida en que subsisto con el agnosticismo, que al fin y al cabo es más verosímil. 

-¿Qué opinas de las nuevas generaciones?

-Lo de siempre: nunca se ha visto tal desvergüenza y despropósito. Pero no lo hacen mal. Se quejan muy fuerte y quieren reventar el sistema. Desde casa. Yo les aplaudo. 

-¿Por qué haces poesía social?

-Porque la poesía se tiene que manchar. Como decía Lorca: a la poesía se le tiene que ver los huesos. A mí no me importa nunca desnudarla, no a lo Juan Ramón que siempre me pareció un mal poeta, sino follármela, hacerla sangrar, rollo sadomasoquismo poético. Suena hasta bonito, ¿no te parece? Imagínate un cuarteto sodomizado.

-Estás loca.

-El cáncer de la rutina sí que es una puta locura. Y Sabina también escribió sobre eso. ¿Sobre qué no se ha escrito ya? Pisamos sobre pisadas, creemos reventar algo y solo nos reventamos a nosotros mismos, removiéndonos las entrañas como si fuésemos a encontrar algo más que vísceras y órganos. Estamos vacíos pero llenos.

-¿Estás sola?

-Sola conmigo misma. No detesto peor compañía. 

-¿Has muerto por alguien?

-Y tres segundos después resucité, cuando recuperé las promesas de debajo de su cama. Verá, yo no suelo invertir mucho dinero en renuncias, porque para lo que me perduran en la vida...

-Eres absurda.

-El mundo es un absurdo.Ahora mismo estoy hablando conmigo misma a través de un diálogo que no guarda sentido. Por diversión. Tampoco me siento mal conmigo por hacerlo. Y tú me estás leyendo, pensando qué clase de trastorno psíquico alojo en mi cabeza. Ninguno. O todos. Define ahora la normalidad. Nadie lo es. Contradicción. De eso hasta en la sopa.

-Genética de la contradicción. A Dios le gusta mucho juguetear con nosotros, hacer que nos enamoremos y pegarnos la hostia. Pero qué bonitos hemos quedado rotos. ¡Zas! Y ponte tú a barrer miedos ajenos. 

-¿Qué es el miedo?

-Levantarte y que nos sigan gobernando los de siempre. La movida de la previsibilidad y eso. Pero, a veces, la estabilidad aburre.

-Es que el desorden no interesa.

-Quien no quiera colaborar en el drama que abandone este blog inmediatamente.


FIN. 





lunes, 23 de diciembre de 2013

Y a este periodo de mi vida le llamaré:

Intento romperme la cabeza,
los dedos,
para escribir algo coherente
o que me de sentido.

Las luz desquiciada, parpadeante.
Suena una voz enlatada de cualquier film
que no nos deja escucharnos.

Justo ayer les hablé de ti.
A todos.

Y me tembló la voz.
El pulso.
Los párpados.
La seguridad que da lo cierto.
Lo bonito que es lo incierto

-Estás haciendo de algo precioso algo desesperante.

He salvado frases.
De todos.
-Deja tus putos dramas de lado.

Los miedos.
El miedo.
A qué. A quién.
Las guerras particulares entre las entrañas y lo que sentimos.
Aquí encontramos al miedo.
Las que siempre huimos.
Pero que estamos hartas.
De cenar duda.

Esta declaración no se parece en nada a nada.
Ni siquiera a mí.

Atención.

Luces de neón.


Te doy permiso para el doble sentido.




Dependencia.
Lo que mata es el no estoy, pero todavía no me he ido.
Porque no responder es también una respuesta.
Todas esas idas de cabeza.
Responde, joder.


Alguien está gritando.
En la televisión sale un agónico Henry Fonda.

Pero aquí no hay nadie que me explique
el rollo de la lucha de clases.

Me está sobrando hasta la piel.

Solo apunto fechas 
para exámenes.


Por la movida de Sabina
del miedo a la vejez,
los almanaques.



Por el miedo a todo.
Por el miedo.
Todas las ciudades son pocas a mis ojos.
Porque tú nunca las construyes.
Con tus putas manos.
A qué.
A quién.


A conocerme y no reconocerme.
A conocerte.

Pero tú no estás, vida.
Más que al sur de mi boca.
Sin buscar un 'de Madrid al cielo'
porque nos merecemos más que agitadas ciudades
contaminadas por falta de ética.
Que no te estoy hablando de medio ambiente.

Estamos desangrando las horas. Rojo. Busca la cuarta acepción y ojalá te reconozcas.
Ojalá me recompongas.
Me veo en un fotograma persiguiéndote.
Pedazos de nadie.
Que me hastían los bares,
los cualquieras,
reconstruirme de costillas ajenas.
Y que estoy cansada, qué coño.

Toda la puta vida cambiando de dirección.
Hoy decido que me quedo en ti.

Y que venga el miedo y nos despeine.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Ayer caminé por este desastre de ciudad,
tan símil de nosotros mismos,
rota de ganas, sin dejarme observar.
Ayer caminé por esta fría ciudad,
que es más fría si tú no estás:
imagínate que el invierno aguanta nueve meses,
y luego tengo que enfrentarme al desastre de un verano
en las trincheras sin tu boca.

Ayer borré todas las citas que guardaba de Gil de Biedma,
Ángel González, Sabina.
Para sentirme inmune.
A no sabemos qué.
Jamás me había sentido tan dependencia.

Ayer caminé por esta ciudad
que es más fría si tú nunca la has mirado.

Poco hemos escrito sobre hacer las maletas de madrugada,
doblas los recuerdos,
voz de Quique González y pelo mojado.

Tengo los ojos hundidos en este pantano de echarte de menos.

Días de impresiones, trenes.
Lleno mi equipaje de libros, poesía.
Las estaciones son los nuevos hospitales donde cogemos aire para sobrevivir,
la soledad, la nueva muerte.

Nunca había tenido el corazón tan rojo. Sin ideologías.
Tengo los ojos hundidos en este pantano de mi necesidad

de

ti.





Pero tú nunca te decides.
A dejarme descubrirte.
A descifrarnos.
A venir.
Y esta ciudad sigue fría.

domingo, 15 de diciembre de 2013

De todo lo roto
podemos hacer canciones,
poemas.
A veces solo podemos barrer hacia dentro
los escombros del desastre,
sentirnos mudos en una ciudad tan llena de tanto
que a veces da miedo volver a casa
solos.

De todo lo roto
podemos hacer hasta mundos,
poemas.
A veces solo podemos internarnos en clichés
idiomáticos
o hacerle perder el sentido a las palabras
-que tiemblen, que ladren.

A mi chupa de cota de malla contra la desidia.

De todo lo roto
podemos hacer idiomas,
ausencias incómodas de esas que duelen,
menos idas y más venidas,
postales de una ciudad que jamás se deshizo
en manos.

Dijo Ada Salas que tú rozaste
mi herida
hasta la aurora.

Escribo para vaciarme de ti,
escribo para llenarme de ti.
Ya no sé ni por qué escribo.
Pero escribo.
Igual que sangro.



jueves, 12 de diciembre de 2013

Se me están cayendo las ganas a un mundo 
en donde las himnos son cuerpos
y apenas damos importancia a las manos.
No lo he escrito yo, pero me recuerda tanto a ti:

"INT. UN MIRADOR CUALQUIERA. NOCHE
Los dos miran al frente pensativos. Les cuelgan las piernas. De repente ella empieza a hablar.
X
Lo que más echo de menos son estas vistas de toda la ciudad.
¿Sabes? En el fondo me gusta que te tires a todas esas guiris. (Rie) 
A cuantas más te tiras, más me echas de menos, ¿a que sí? 

Y
(Sin girarse agacha la cabeza.)

X
A mí también me pasa. Sé que me escribes que la distancia hace el olvido y que ya no me quieres para que duela menos y, por eso te quiero más.
¿Crees que algún día podremos estar juntos? (Le pasa la litrona de cerveza.)

Y
(Bebe) Quizás algún día toda esta mierda acabe y podamos volver.

X
¿Juntos o a este país?

Y
Eso ni el de arriba lo sabe.

X
Pero si tú no crees en Dios.

Y
(La mira ingenuo) Ni en el Gobierno."






Sigo bebiendo para que algún día pueda creer
en algo
en ti.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Manifiesto de un domingo cualquiera

Escribo en prosa cuando no puedo controlar la situación, cuando esta es la que me devora a mí. Está sonando Quique González de forma que está calándome hasta los huesos. Hay una mosca en la ventana que no deja de vibrar porque quisiera salir de esta puta habitación (y no niego que me esté poniendo histérica). En la televisión hay una banal película sobre un padre y dos hijas a las que quiere por encima de sus posibilidades -o quizás no, está en silencio y tengo que inventarme los diálogos (y las intenciones, y las indirectas)

¿Por qué coño no deja de sonar Quique González?

La mesa tiene migas de la noche de ayer -la pena es que no sean restos del alcohol. La ropa está tendida, mis sujetadores se balancean con el débil aire que entra por el ventanal y Salamanca está soleada pero muy fría -como yo de puertas para dentro.

Miro el móvil y mis conversaciones radican en '¿qué tal estás? ¿cómo va todo?' pero nadie me pregunta si aún no me han roto los esquemas -y a veces si que lo conseguís-, si ya no me muero por cobardes.

Es domingo, es domingo desde el viernes, estoy sola porque todas han cogido sus maletas y esta ciudad está soleada pero muy fría, y vacía -a veces me lanzo a ella para no atormentarme dentro de cuatro paredes (esta puta afición a la soledad).


Nadie llama. Nadie escribe. Pero tampoco ceno sola.


'Échame de menos, porque cojones ya veo que no le vas a echar' 

Está cantándome Quique en la puta cabeza, con la voz desgarrada, con la realidad desgarrada.
Solo quería que supieras que esto está escrito para ti. Y para mí.


viernes, 6 de diciembre de 2013

Imagina que la vida es un pilla-pilla.













Pues tú eres casa.



"¡A la mierda el orgullo! El orgullo siempre hace daño, no te ayuda jamás. Lucha contra esa mierda" (Tarantino)

Y aquí estoy: luchando y pensando.
La ciudad está luchando y pensando.
Mis entrañas están luchando y pensando.
El mundo está luchando y pensando.
Los viernes son un estado de ánimo.
No tengo casa.
Supongo que mi piel. Yo.
-no conozco a nadie más implacable que el yo- aserciones antes de conocerte.
Dependencia es un estado de ánimo.

A veces me agotas tan
puntualmente.

Y adopto esa colérica postura de indomable,
vistiéndome por los pies con mis tragedias
porque me hacen un culo de infarto.
Pero a veces me agoto
tan puntualmente.

Desconozco el origen de mis miedos.
Apunté borracha: no es el amor de mi vida, es la pasión de mi vida.

Y quizás tuviera razón.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Escribo por inercia.
Noviembre ha sido una conquista,
ya lo advirtió García Montero.
Dais vuestra palabra como quien da la mano
a cualquier desconocido
-y así nos va.

Os abrís al mundo con cualquier boca,
suplís vuestras necesidades fisiológicas
con cualquier profunda de bote
-y luego os preguntáis que quién os entiende,
que queréis una mano que os salve de este puto mundo.

Se os llena la boca de injusticias y denuncias
y solo estáis llenos de renuncias
-llenos de instinto tan mal disimulado,
que también diría Luis.

Escribo por inercia.
Os movéis en una eterna dialéctica,
en ese eterno desencuentro,
en esa eterna confrontación de egos
que no conduce absolutamente a nada
-a la nada, si conduce a algo.

Os movéis en esa prepotencia
que os araña la educación,
os movéis en esa contradicción inherente
del quiero pero tengo miedo
y tengo miedo pero me lanzo de cabeza a tus miedos.

Poned cara de importaros algo,
y creéroslo, que la hostia sea inmensa,
coged con ansia lo absurdo que es,
quedaos en números rojos
y  en toda la gama cromática.
Dudo.
Nunca deshice las maletas para quedarme.



Retrato de un diciembre que está muy manido,
muy roto.


"yo también huyo en trenes a medida (...) pero, si vienes, juégate la vida"

martes, 26 de noviembre de 2013

Me pone triste la luz de esta habitación,
las sombras que se expanden
como virus de nostalgia,
la sensación de vacío en el pecho,
la voz rasgada,
todo rasgado.



'Y tengo cada vez más la sensación de hundirme en este pantano deprimente de falta de ganas' (Jaime Gil de Biedma)

sábado, 23 de noviembre de 2013

Harto de la unilateralidad del amor,
de la lucha de egos.
(Pedro Pastor)

http://www.youtube.com/watch?v=NY0OKZlOQJk

En vagas ocasiones me desnudo de corazas y me muestro como soy: vulnerable. Son tardes como ésta donde me apetece llevarle la contraria incluso a las gramáticas -y acentúo lo que me da la puta gana- igual que me contradigo a mí misma en lo que quiero y en lo que no.
Urgencia: me busco y me desconozco.
No soporto tanta indirecta de quinceañeros ni tantas dudas -que yo ya no tengo cuerpo ni para convivir con las mías.

Y si me hablas de domesticarlas, para qué.
Si yo ya no entiendo ni de su puta idiosincrasia.

Que sí, ya sé que no soy todo lo políticamente
correcta
que debiera ser
y quizás debería morderme la lengua
o atar a mis ideas a la formalidad
pero entonces todo se tornaría
aburrido.

Y no habría duelo.

Y qué si me freno,
si me refreno,
si acelero y me faltan ganas,
o me muero de ganas,
o caigo en la contradicción de
ser
persona,
de ser
vulnerable.

Y qué si me da por encerrarme
en mí,
con ese ataque de soledad,
de miedo,
desvistiéndome en sombras entre cuatro paredes
malpintadas
como mis uñas
como mi caos,
fingiendo un poco de cordialidad con el resto,
tratando de buscarme en ellos
sin encontrarme
sin adherirme
estallando en constantes conflictos internos,
arrancándome a tiras lo vacía que me siento,
cayendo
cayendo
cayendo
mirando a mi alrededor
sin encontrar una puta mano que me salve
de precipicios
de bocas ajenas,
de este eterno desencuentro entre lo que soy
y lo que me gusta de ti,
malviviendo,
desesperándome,
desgastándome.
insistiendo,
olvidándonos,
necesitándonos.

Y a veces me siento vacía
pero llena,
y busco identidad entre los restos
de naufragios pasados.


Porque no responder también es una respuesta.


martes, 19 de noviembre de 2013

Los vacíos.
Estamos conteniendo los vacíos.
El modo de entender la vida.
La mala reflexión.
La hipocondría.
No sé de versos
cuando tú estás aquí.
Pierdo las palabras.
La respiración.
Aceleración.
No vuelvas.
A irte.

No podría follarme a alguien que no admirase.
Las miradas al sur.





"Te digo que te quiero con tu suerte, con tu mierda
con pasado, con presente, con o sin enfermedad..." (Rozalén)  


jueves, 14 de noviembre de 2013

No entiendo al mundo. Quizás no quiera entenderlo y solo reflexionarlo. La verdad es que el sofá es cómodo. Me siento tan poco implicada tanto en la sociedad como en mí misma. Desorden interiorizado.
No entiendo la banalidad del lenguaje, ni cómo permitimos que se derrumbe el mundo si los escombros no nos alcanzan.

No entiendo los estereotipos -odio los estereotipos- y los falsos latidos. No entiendo de política ni de derechos y a veces me muerdo la lengua por no abarcar estos terrenos, y me desboco y me fatigo. A veces me ahuyento.
Tampoco entiendo de filología ni de rebeldía -me pongo a Brassens y calmo los síntomas- y tampoco entiendo nuestras actitudes.

No entiendo que levantar el puño signifique una cosa y extender la mano otra -llamadlo connotaciones- y tampoco quiero entenderlo.
No entiendo las distancias que no se derriban, ni las cervezas que no nos bebemos mientras nos contamos cómo ha ido el día, cuánto nos hemos echado de más.

No entiendo de maquillarnos los ojos y arreglarnos el pelo pero no cultivar la mente -existen los libros, coño- y esto, joder, esto sí me gustaría entenderlo. Solo para explicar que el joder no es solo follar, que a veces es una interjección que denota angustia.

No entiendo las idas y venidas, ni las luchas de ego por ver quién superó a quién. Tampoco entiendo los ataques de soledad ni las huidas a destiempo.

No entiendo a las personas islas que no se dejan conquistar, ni tampoco entiendo a las personas pro-minas (te toco y estallan todas mis creencias) pero estas son mi debilidad personal.

No entiendo al mundo. Quizás no quiera entenderlo y solo reflexionarlo. Es tan manido y aburrido. Pero qué putada de mundo.


viernes, 8 de noviembre de 2013

5 párrafos

ella rompía el aire con suspiros, limaba las aristas del diálogo con desconocidos, nunca implicándose ni dejándose abordar. siempre dispuesta al choque y confrontación. las ideas son una enfermedad, pero no quiere cura. ni médico. ni desasosiego.

él inventó el concepto de profundidad. a veces grita en ese mundo de superficialidad al que se entregó. en MAYÚSCULAS pero con ese horrible miedo inherente. lucha por una generación en donde cuente lo que se es y no lo que se tiene. o quizás solo es la masturbación de su propio ego. no quiere cura. ni médico. ni desasosiego. han pasado muchas profundas de bote por su boca.

Gran Vía esta rota, los bares están rotos, los destinos de él y ella están rotos. estas explosiones, estas manos están rotas. y no hay cura, ni médico. 

a veces nos damos tanto miedo que surge la necesidad. y no hay nada más patético que la necesidad. necesidad que implica dependencia. emocional, supongo. 
estoy hablando de ti.
de vosotros.
de todos.

la brecha del desastre: rompernos el uno contra el otro. 

martes, 5 de noviembre de 2013

Fumo porque no tengo tu boca,
bebo porque no quieres mi humedad.

He leído uno de esos libros de Posguerra
en donde las palabras parecen 
querer
fusilarnos. 
A veces nos dejan maltrechos.

Hace un calor terrible que se desliza
por mis piernas
y que sube, como los ascensores del deseo, 
insolente, por todo mi cuerpo.
Y he tenido pura necesidad de escribirte.
Hoy leo a Cernuda, por eso del aniversario 
de su muerte.
Y yo duermo sola.
-en cualquiera de los casos, la poesía está de luto-


viernes, 18 de octubre de 2013


Por favor, rogamos que silencien sus móviles y abran sus corazones.
Qué te voy a contar que tú ya no me conozcas.

–porque creo que si nos abriesen por dentro nos saldrían incertidumbres por todos los ángulos – y, en muchas ocasiones, quiero ser el caos que te haga sentir un click interno.

Es la
revolución 
interna

(pero de esto Marx no nos dijo nada)

jueves, 10 de octubre de 2013

El problema surge cuando mi casa
es tu corazón
y yo ya no sé que cartas dejar en el buzón
porque no tengo nada que contarte.
Todo lo que escribo es figurado: 
habla de tu figura.

Lo de fuera y lo de dentro
déjate que te lo desconozca
para luego volver a conocerlo.
No soy física pero creo que el universo
nació de la fricción de tus manos.

No me has quitado la ropa
pero has desnudado a mi tristeza
y eso vale más que enseñarme los techos
de tu habitación.
No puedo ser la mujer de tu vida,
porque no controlo ni la mía 
y no sé donde leí
descarto llamarte mi vida porque tú vales más que este desastre
pero quiero que sumemos desastres.
No sé si te explico.

Es que recitas como Dios,
si es que Dios recita.
Si no me hubieras escrito tú,
en algún caos nos hubiésemos encontrado.

Yo solamente prefiero ser lo que soy,
y prefiero que tú seas pero conmigo.
En mi alma no hay contornos, ni proyecciones,
ni besos, ni pinceladas de viejos retratos,
solo queda vacío, poca voluntad, poca fe.
Nada te pido.
Pídeme.
Quiero que me llenes las ausencias y te tomes una copa con mi soledad
porque la noche y la rebeldía
siempre
vuelven.





Y es que soy experto de la contradicción,
experto de romper lo prohibido.





miércoles, 18 de septiembre de 2013

He venido aquí sin saber muy bien qué escribir. Suena Cadillac solitario de Loquillo de forma constante y no sé qué me dejo sentir. Tengo muros de cal en los ojos y las manos sin explosiones.
Por las tardes a ti te atormentaban falsas ideologías y yo me precipitaba a tardes de besos y porros. Y no sé qué entendíamos o si tan siquiera queríamos hacerlo. He tenido uno de esos días rojos a los que Holly Golightly le ponían tanto y entendí eso de las crisis vitales. O emocionales.
Tú tan de ausencias y yo tan de vacíos.
Sin amaestrar el vértigo.

A partir de las cinco todo son luces de neón y tu cara un débil y trágico flash.



sábado, 7 de septiembre de 2013

De Lorena y otras drogas o, como diría Sabina, el caso de la rubia de platino.

Viernes y siete de la tarde. Allí estábamos, como acostumbrábamos, frente a frente. Ya no sentíamos esa necesidad de determinar un espacio y tiempo, sabíamos perfectamente que era un viernes a las siete de la tarde. Y si llegas tarde, te mato literariamente -o de forma literal- Y así empezábamos nuestro juegos verbales.
Nosotras éramos quienes desangraban a las horas muertas y luego mirábamos al resto con cara de y dice la gente que ahora eres formal. Y, pícaras e intransigentes, nos preguntábamos quién habría fundamentado el concepto de lo formal. 
A veces hablábamos de cosas mundanas, a quién habíamos querido más y qué locuras habíamos cometido por ellos. Una vez nos iniciamos en esa loca competitividad por saber quién era la que tenía la peor herida de guerra y terminamos cerrando todos los bares de la ciudad. Acabamos tan jodidas que de esa noche solo rescato el fragmento: solo hay dos cosas imperdonables en esta vida: una es la cerveza caliente y la otra es el vicio sin sexo.
También nos sumergíamos en las historias baratas de nuestras amigas, a lo que ella decía que al siguiente drama, invitaba ella. 
Una vez le pregunté que por qué bebía, que por qué se dejaba exponer a la censura de la critica y que si escondía el miedo debajo de la falda. Ella me sonrío, con esa sonrisa que le hubiese arrancado una y otra vez para nombrarla Patrimonio de la Humanidad, se llevó la cerveza a los labios y me contestó:
-Bebo para llenarme de algo.
Pero ella estaba llena de épica y era adicta a los atentados verbales.

También hablábamos de política aunque ella no se implicaba porque decía que no era algo que le quitara la vida. Aunque todo lo que ella tocaba lo convertía en necesidad.
Acabábamos salvándonos en aquellos bares del hastío vital porque joder, que yo ya no puedo con tanto. Entonces ella me miraba y me abrazaba, como recogiendo toda esa carga emocional que mis hombros ya no podían soportar. 
Reíamos mucho y nos destrozábamos más, siempre con ese elegante sarcasmo que nos dejaba insultarnos para después volver a la risa porque su risa es una ducha en el infierno. 

Siempre ebrias y polifacéticas, a mi me daba igual ser su sombra a cambio de ser su algo. Fingíamos intoxicarnos de cualquiera, siempre intentando sacar partido a nuestra particular naturalidad. Ella con su don de romper a todos, yo con mi don de reconstruirlos (a los que nos interesaban).

total, para qué.

Si a veces acabamos exhaustas de tanto coqueteo insípido que solo conduce al abandono interno. Que yo no necesito que se enamoren de ti, yo lo que quiero es que te descubran. Pero cómo coño no vais a versarla si se arranca las costillas para que seas un poquito de ella -o viceversa.-

Ella con su don de abandonarlos a todos, yo con mi don de no poder desprenderme de ninguno. 

lunes, 2 de septiembre de 2013

Fotograma de una huida cualquiera

Lo ves. Intercambias miradas. Pues vaya pelos lleva. Lo conoces intencionadamente. Con una copa de más. Hablas. Verborrea banal. Canciones. Poesía. Política. Cine. Fumáis. Idealizas. ¿Quieres otro pitillo a medias? Llueve. Me voy a casa. Y yo. Hasta mañana. Entra en el círculo de tus contactos. Habláis. Habláis. Idealizas. Es cohibido. Te gusta. Tenéis los mismo gustos. Pensáis igual pero diferís en la pragmática. Te lo encuentras por los bares. Sonríes. Sonríe. Pasan las horas pensando en él. Sigues idealizando. ¿Pensará en mí? Buscas atisbo de ilusión en sus palabras. En las canciones que escucha. Te pica. Le picas. Tonteáis. Amanece. Sigues ahí, varada. Él sigue ahí, varado. Te hace confesiones. Escribe. Joder, y cómo escribe. Idealizas aún más fuerte. Te llena. Te invito a un café después. O a dos. A tres. Paso a buscarte. Despedida. No hay beso. Te ameniza el viaje con sus bromas. Recibes sus llamadas. Piensas. Piensas. Miedo. A qué. Vuelves. Tabaco. Alcohol. Tú. Él. Cine. Película clásica. Se acerca. Te acercas. No hay beso. Mordiscos. Arañazos. Bueno, pues a la próxima. Te acompaña a casa. Veis amanecer juntos. Os intoxicáis. ¿Le gustaré? Bendita dependencia emocional. Bendita revolución interna. ¿Dónde coño te has metido durante toda mi vida? Tonteo. Tonteo. Idealizas. Te idealizan. Café. Cine. Domingo por la tarde. ¿Por qué huiste anteriormente? Aún no sucede nada. Alcohol. Alcohol. Alcohol. Tensión. Beso. Beso. Beso. Os enredáis. Me encantas. Quédate a dormir. Taquicardias. Quiero hacer versos contigo. Cursilería. Vibráis. Pasan los meses y

(...)


Tiene un defecto. Y dos. Y tres. Y cuatro. Discusión(es). Siempre la misma tónica. Tal vez idealizaste demasiado. ¿Esa cobardía venía por defecto de fábrica? No me gusta ese lunar en la comisura de sus labios pero quiero seguir besándoselos. Ya no fuma para mí. ¿Y si lo dejo? No, aguanta un poco. Él
 duda. Caos. ¿Dudará? ¿Y si duda y huye antes que yo? Hace tiempo que no me escribe. Ni trasnocha por mi. Ni me sonríe. Es frío. Soy fría. ¿Qué soy para él? Nada. Adiós. Huyo. Huye. Huimos. Te extraño. Te añoro. No te quiero volver a tener. Te quiero poseer. Te desangras en un cuaderno. De versos prófugos. Dudas. Echas de menos. Él vuelve. Dependencia. No pasa nada. Coges las maletas. Independencia. Echas de menos. Dudas. Derrumbe de tus expectativas. Adiós. Adiós. 


Hola. (Vuelva al principio)

lunes, 26 de agosto de 2013

He construido un diminuto apartamento al oeste de tu boca. Verás. Veamos. No tenemos que comernos la cabeza con lo de llegar a fin de mes, ni proponernos gastar menos en eso del agua y la electricidad. No es una casa común.
Nuestra casa, como te he dicho, se encuentra en el barrio-oeste de tu boca. En la calle anarquía. No tenemos vecinos. Bueno, si. Son todos los versos que me arrancan de ti durante unas horas. Durante unos segundos. Pero ellos no se quejan cuando te grito o cuando monto fiestas con tus amigos -y a mí me da por cantarte a Ferreiro como si se nos cayese Turnedo de la boca-.
No tenemos hipoteca, ni tampoco estamos de alquiler. Los bancos no nos ajustician. No tenemos buzón ni cartas porque todo lo que tengo que decir tiene un único destinatario: tú.
Un día cogiste un bote de pintura y te dedicaste a pintar las paredes de color libertad y no sabes lo bien que combina con tu pelo.
Tenemos una puerta blindada para que no se escapen los rayos de sol. No tenemos calefacción -a mí solo me basta tu cuerpo como chimenea- y tampoco tenemos cocina porque tú eres mi plato favorito -y no me importa repetirte todos los días de mi vida.- Y si tenemos sed, nos besamos.
Aquí no tenemos reglas de convivencia porque somos el desorden en contrasentido. A placer de tocarnos a manos vacías. Yo sé que tú me entiendes.
Aquí no tenemos televisión porque dramas nos sobran. Nuestra cama está hecha de promesas sobre tierra y no tenemos sábanas -hace tiempo que decidimos arroparnos con poemas de Neruda y germinar.-
Nuestro baño está hecho a base de mareas de espuma y, a veces, de tormentas pero tú siempre lo calmas. Y por eso te quiero un poquito más.

Tenemos un bonito jardín en el fondo de tus ojos y las plantas solo necesitan de mi saliva para hacer la fotosíntesis.
Nuestros armarios solo guardan libros apilados de papel reciclado y discos de los grupos que tu padre escuchaba cuando era joven. Hemos tirado todos nuestro carnets porque yo sé quien soy si tú estás aquí. Y no necesito de pasaportes porque tú me impulsas a volar sin paracaídas.

¿Aún no te he hablado de las vistas? Veamos. En nuestra habitación no tenemos techo y, por este motivo, podemos ver todas las constelaciones que nunca vamos a identificar. Mi favorita se esconde en tu ombligo.
Esta casa está hecha para los días de levante y las noches precipicio.


Esta casa empieza en ti y acaba en mi. O empieza en mi y acaba en ti. Y es lo bonito.


martes, 20 de agosto de 2013

"He vuelto a las andadas,
he vuelto a enloquecer"

¿Cuánto pesa este desastre?
Me tiemblan las piernas pero no es por él.
Que yo no necesitaba un vals para olvidarlo,
lo que yo quería era a un okupa en la esquina de mi boca.
A veces me asalta esa tierna manía de necesitarlos a todos
y los celos me incendian los intestinos como si fuese
un poder
o
m
n
í
v
o
r
o.
Y el cielo se me queda corto para edificarlos como los dioses de mis poemas.
(o de mis desórdenes)
Y me pregunto qué coño será de mí (todas quedamos más bonitas entre paréntesis).

de momento me conformo con que son las 16:50 de un martes cualquiera,
no falta café pero sobran las ganas
y está sonando Ennio Morricone.

"Me he curado y, lo creas o no, preferiría cualquier cosa en vez de esta lucidez triste." 
Pero yo no.

Yo de mayor quería ser latido
irregular
y derribar estructuras.
Yo de mayor quería ser arritmia.



martes, 13 de agosto de 2013

Hoy hemos hecho una lista de nombres obscenos.
Lo que quiero decirte es que tenemos cervezas
y ganas. Descaro.
Día 4.


Hoy hemos hecho una lista de verbos obscenos.
Y me he sentido tan libre que he hecho una llamada perdida
a nuestra química.
La crisis emocional de las 02:37.



miércoles, 7 de agosto de 2013

Siento celos de todas las mujeres que no he sido contigo.
Los tiempos están cambiando, decía Dylan, y a mí me estás cambiando.

domingo, 4 de agosto de 2013

Me pones el norte bocabajo
y esto no es el sur.
Y a mí me tiemblan todas las estructuras.

Odio tu forma de cavilar pero
te lo perdonaría por todas las interrogaciones
que formaste en mi cabeza.
Y me volviste vacilación.

Me enamoro de las personas con principios 
tan sólidos como mis pies.
Un "yo sé lo que me digo" debería formar
un "yo sé lo que te hago". 

Algunas noches me enciendo y me prendo,
y necesitamos un teléfono de urgencia 
para humedecerme
-hubo un día en que fuiste un "prohibido llamar"-

Algunas noches me vuelvo monocromática,
me desvisto de sombras y reorganizo mis promesas.
Esas que nunca cumplo. Esas que siempre hago.

Y a veces me asalta el complejo de pared agrietada,
desconchada por las esquinas y con el pasado lleno de cicatrices,
con los techos desvalijados y desprovistos de alma.


Nunca escribo en pretérito por no dolerme.
Me aferro a que siempre quedan manos de pintura. 

jueves, 1 de agosto de 2013

"Me acojona lo rápido que muta mi vida."  (Lorena García Maldonado)

Agosto me abre la boca y la vida como acostumbra a hacerlo, entra como un vendaval de sinsentidos y se marcha restándome cifras y dejándome en déficit para conmigo misma.
Quince días y pienso en todo lo que muta mi vida.
Hace apenas un segundo estaba en el asiento trasero del coche de mi padre escuchando a Sabina sin saber quien era ese loco, cantando sus versos sin saber muy bien qué coño era eso de sexo, drogas y rock and roll.
Hace apenas una vida pedía muestras gratuitas de tampones porque me creía dueña de mi cuerpo y muy madura por tener correo en el buzón.
Hace apenas una primavera mi pecho guardaba congelados inviernos con sujetadores por encima de la talla y ahora salpica pasiones -me implico, no sé si me explico.-
Y es que hace apenas un día estaba tomando mi primer cubata -Malibú con piña-, fumando mi primer cigarro -a día de hoy no sé ni tragarme el puto humo- y rebelándome contra-conmigo-misma.
Hace apenas unas horas alguien me estaba hablando de una sucia guerra fratricida, de ideologías y de banderas y desde la mano de mi madre el mundo se configuraba bonito.

Tengo 20 años y voy a seguir poniéndome vestidos de flores pero siendo protesta constante.




 

domingo, 28 de julio de 2013

Clavar el futuro.
Lucidez triste.
Sobrecarga de tensión sexual.

Al margen de lo superficial, esto es lo que encuentro en esa bendita aplicación que tanto exploto llamada notas. Joder, las notas en este puto móvil. La válvula del escape. El tierno terremoto emocional. La proyección de las minas y el subsuelo en terreno sentimental. El barro de la frustración.

Y es que cuando leo estas tres ideas pienso: ¿qué coño se me pasaría por la cabeza? (al margen de mucho alcohol).
Y solo sé que estoy inmersa en un eterno bucle de pensamientos desbocados e ideas frágiles e inconstantes que, a veces, quieren representarme.

Pero hoy no debería pensar en nada y estoy pensando en ti.
ya sabes todo lo que me gustan los giros narrativos.

miércoles, 17 de julio de 2013

malos tragos

malos ratos
malos tragos (demasiado garrafón)
malos tratos
¿cómo voy a lidiar con pasados
y heridas de guerra de nadie
si aún estoy con los pespuntes de mis cicatrices?

prefiero hablar de ti a hacerlo contigo
y eso significa que voy cuesta abajo
y sin frenos
emocionales.

y esto significa que antes me hubiese arrancado
todas las venas y las arterias que bombeaban cine
pero, sin embargo, ahora mismo prefiero a los Fiennes en mi retina
que a ti en mis pestañas mojadas.
será que soy cambio climático.

y encendidos y borrachos,
me despedí de ti.

domingo, 14 de julio de 2013

reflexiones de domingo

Encuentro en el domingo, la resaca y las ganas de sobrevivir una necesidad química. No hay nada más inestable que un cuerpo donde estallan constantes conflictos internos -la belicosidad de los instintos- pero también los comienzos de las relaciones. No hablemos de lo jodido que son los adoquines de la complicidad pero siento debilidad por esa tierna -y odiosa- manía de querer impresionar, manía que cimienta los pilares o que precipita a la relación a su complejo de Torre de Babel.

Y a estas alturas de mi vida -joder, qué miedo, qué vértigo- me noto los niveles de intensidad muy desgastados y que me impresionen es jodido porque he conocido a todos los prototipos de personas -algunos personajes- que habitan en nuestro querido espacio. Y no he necesitado instrucciones para comprender. Y ahí es donde encontramos el problema: en esta falta de impresionabilidad, en esta incapacidad de revolución interna. Y que lo que yo necesito no es un patrón fijo porque -ya lo decía Aute- el pensamiento no puede tomar asiento. Alguien que me haga latir por todo el cuerpo porque me haya quebrado las constantes.

Pero a mí no me hagais mucho caso, ayer bebí ginebra de 4 euros y en este cuerpo hoy solo reside el espejismo de lo que puedo llegar a ser.

lunes, 8 de julio de 2013

Declaro este cuerpo
como zona catastrófica
por efectos ajenos a mí misma.
Me considero muy dueña de mis actos
pero muy prole en mis afecciones.

Declaro este cuerpo como zona catastrófica,
como fuente de accidentes personales,
y aquí te entrego mis ojos de mujer fatal.
Lámelos.
Dámelos.

Que quiero joder contigo cualquier técnica de aprendizaje,
y decirte que me sobran agallas para plantarme en medio de tu caos incivil
y gritarle a tus idiosincrasias.

Declaro este cuerpo
como zona catastrófica
y a esta mente como volcán
de rebeldía insana.

viernes, 28 de junio de 2013

Veréis, no acostumbro a tender mi vida aquí (o quizás si), delante de ojos que me censuren o me idealicen.
Esta noche, sin embargo, la tristeza adopta esta forma y mis dedos me piden que colabore con lo que siento:

Residencia María Milagrosa
Gran Vía
Salamanca

Mi casa durante dos años.
Una escisión de mí,
una escisión de nosotras.

Risas,
borracheras,
vaciles,
lágrimas,
desamor,
amor,
poesía,
discusiones,
calor,
frío,
quejas,
cine,
cenas,
música,
agobio,
teléfono,
monjas,
virgen,
polillas,
boxeo
¿quién? ¿cómo? ¿cuándo? ¿por qué? me he perdido,
la rata,
la Benemerita,
Polluelo,
Cordero,
Repu,
China.

Que se muera la pena, joder, que esto no es punto final.
Porque recordad que todo lo que hemos vivido aquí ya nadie nos lo podrá quitar.

sábado, 22 de junio de 2013

La tragedia es que me inspiras cervezas al sol.
Tienes veinte años y la filosofía de Bukowski en el pecho.
Wish you were here como banda sonora de nosotros,
Turnedo como réquiem.

(te mataría y aún así te llevaría flores)



martes, 18 de junio de 2013

Y ahí estábamos las dos:  fijas, poniendo las cartas sobre la mesa (pero no eran de amor), maniáticas, rozando la histeria -en otra ocasión hablaré de su jodida obsesión por Charcot-. Era el momento de cortar toda relación posible, aquellas noches habían sido una ruina la una para la otra desde que nos habíamos instalado en las galerías de nuestras cabezas.

Yo había aprendido de ella a liarme la vida y a fumármela, su idiosincrasia, el número de calzado que gastaba, los argumentos que aportaba para demostrar quién era su Dios, su color favorito -que, digamos, era el malva-, su agenda telefónica -llamaba siempre de noche con número privado.-, sus escritores de referencia, las drogas que le enrollaban, el cine que le gustaba, lo bien que le sentaban las minifaldas y lo jodidamente absurda que se veía en ropa interior.

De mí ella había aprendido qué era el desastre, qué era lo absurdo y qué era la irreflexión. La primera vez que la vi le dije que mi color favorito era el verde.

Y ahí estábamos nuevamente las dos: fijas, maniáticas, rozando la histeria. Le dije que se marchase, que ya no quería más sombras en mi cabeza. Se abrigó con uno de los poemas que un día le escribí, me beso en la boca y se fue para siempre.

Y ahí está lo jodido: lo bonita y tóxica que era -que es- la tristeza.

jueves, 13 de junio de 2013

de renuncias voluntarias, de renuncias personales

entonces él rompe el contrato y

el polvo
el silencio
los despistes
las horas perdidas
el cariño tóxico
la ignominia
los celos
el garrafón
las piruetas de la mente
el vello erizado
la piel irritada
el sudor
los somníferos
las lágrimas puntuales
el tiempo como analgésico



leer a Neruda a deshora
aprender a coser las heridas
convertir esa animadversión a los hospitales en afición, 
sin sentido de urgencia,
el  cigarro de los ojalás
los acentos,  joder, los acentos,
el derrumbe de las gramáticas normativas,
las llamadas perdidas de quinceañeros,
el recobrar la prisa y follarse a la pausa,
el matar las horas y   ser culpable del paso del tiempo,
el valium mezclado con red bull,
los lavabos  que no lavan caras, que resucitan pasiones
y no al tercer orgasmo,
todas las renuncias personales con fecha de caducidad
y las voluntarias sin   carné de identidad...







rompen mis constantes vitales.


Y echar de menos se convierte en nostalgia mal gestionada.


Hace tiempo que lo único que hace revueltas a mis sentidos es:

http://www.youtube.com/watch?v=AAjv64zoRWI

lunes, 10 de junio de 2013

.

A ella le gustaba escribir con las manos sucias, la boca cargada de alcohol, los ojos volados y las ideas fijas. Le gustaba escuchar a Iggy Pop mientras se hacía un cigarro o colgaba a tender todos sus esquemas. Al inicio del vendaval.
Hacía muecas desdeñosas, era adepta a los antros más sórdidos de las ciudades, siempre buscando cualquier enigma que resolver o convirtiéndose en el epicentro del seísmo.

Le gustaba leer a Goytisolo mientras se pintaba las uñas porque decía que era como reflejar todas las palabras del poeta en su coraza. Dormía, quizás demasiado, porque pensaba que la buena poesía se follaba por las noches, y quería ser noche todos los días.

Quizás demasiado inestable o maniática, nunca cerraba el vendaval que tenía por vida y hacía del inconformismo una droga más.



jueves, 6 de junio de 2013

"Contra el color de tus ojos
me quedé sin voluntad."




Diecisiete personas haciéndole un escrache al desamor.
Ausencias.
Un polvo en el desván.





domingo, 2 de junio de 2013

domingo y solo me apetece reventarme la carne por dentro. aquí estoy, varada en Gran Vía, buscando a alguien que me invite a un pitillo (a ver si se estira y se invita a maría) o que se invite a un verso que me reviente la concentración de tanta mierda de mundo, de tanto parásito social, de tanto amor de barra, de tanto vacío, de tanta caída, de tanta remisión, de tanta redención en muslos ajenos (a los míos).

que venga cualquiera y me increpe
que no tengo mejor arma que mi lengua.

anárquica, voraz, caótica, profunda, violenta, soberbia.
y solo soy un deje de todo ello.

olvidar es la peor de las muertes pero he llegado a la fase en que tú vienes y a mí me da igual que seas tú o cualquiera -pero no quiero que dejes de hacerlo.- esto solo es la antesala a la tragedia.

a la masacre de todos nuestros instintos.

haciendo del desorden método de mi vida. 






miércoles, 29 de mayo de 2013

He dibujado la vida.
O el amor





O qué sé yo.

sin 500 noches

Perdóname Joaquín
por blasfemar.


Este puedo no maquilla un hasta quiero,

este nunca no esconde un volverá,

a este ruido,

tanto
tanto

ruido,

no voy a permitirle que taladré una razón podrida de latir.

Porque una casa sin ti es una putada,

el teléfono helándose en la cocina,

una palmera en un museo de pena.

¿Quién coño me ha prestado este mes de abril?

Y desde el taxi, haciendo un receso, me pidió dos menos,

un no por mejilla.

Y hubo ruido 'yo he perdido'.

Puedo ponerme borde y decir: 'toma mi número, cuando te hartes

de males baratos de un rato, me mandas un whatsapp.'

O si quieres también puedo ser tus 19 huidas.

Sin 500 noches.



martes, 28 de mayo de 2013

,,,

Libertad tiene el pecho verde,
reventado por todas las primaveras que esconde,
el pelo lacio, la boca seca.
Tiene una de las miradas más profundas en las que he caído,
y su lengua es el ring de los poetas.

Libertad tiene curvadas las ideas, 
siempre dispuestas a ser maleables por manos que se atrevan a tallarlas.
Libertad tiene las piernas duras por todos los exilios y brazos curtidos por los equipajes de libros.
Pero libertad también da sentido a las esperas en su cuello de botella.

Libertad tiene voz de protesta y queja,
libertad tiene cuerpo de sí y de no.

Quizás libertad sea correrse de vida en su boca
y no partirte más la boca por nadie.

-porque necesito creer en mi protesta.- 

domingo, 26 de mayo de 2013

Clic

Clic.
Escena despedida
Toma dos.
Un
dos
tres
¡Acción!

Ella aparece con su vestido rojo.

¡Corten!
¿Vestido rojo? ¿Estamos en una película porno?
Toma tres.
¡Acción!

Ella aparece desnuda. Él hace mutis por la derecha. Se siente sola pero todo le recuerda a él. Las cervezas calientes, las risas desganadas, la pizza fría de la encimera, las películas serie b, el mal aliento de la mañana, la lluvia en un día de primavera.

¡Corten!
¿Es nuestra pretensión hacer que el espectador se corte las venas desde el principio?
Toma cuatro.

Ella aparece desnuda. Él nunca existió. Forjó su vida a base de lecturas de escritores existencialistas y cree que el amor es un invento del Corte Inglés. Lo del capitalismo, ya sabéis.

¡Corten!
Pero, ¿qué coño? ¿Somos unos amargados que van a criticar ahora el sistema desde la puta comodidad? Espera, vamos a deshacernos del cinismo. Ahora, si, mucho más guapos.
Toma cinco.

Ella no aparece. Nadie hace mutis por ningún sitio. Solo queda una copa en la barra y un cigarro a medio consumir. Suena una leve melodía de un saxofón desafinado. Salamanca espera.


Las cosas más bonitas que nunca te dije.
Clic-

domingo, 19 de mayo de 2013

Olvídame
Son palabras que suponen un punto de inflexión,
la coma que precede al precipicio de la agramaticalidad,
el principio del desamor,
el final de todo lo vivido y las citas con los recuerdos.

Hoy me asomo al escote de la soledad
y no veo nada.
Será que la he desgastado en exceso 
o que nunca fue ella la que nos besó el sexo.
Y hay tanta gente llamándose soledad
que asusta acercarse a los hospitales.
-Se murió de mal de amor- imposible, el amor nunca mata. (pero desmuere)

Sentir adrenalina es mirarte a los ojos y despejar a x
y que x (me) sonría
porque hace tiempo
que te desterré de mi fisionomía.

'Quizás' es tan bonita
porque no obliga a quedarse con ella
pero atrévete a hacerte un peta y no compartir.
Quizás colocada y tú fotografiándola,
quizás borracha y tú desnudándola,
quizás con la boca abierta y tú rompiéndola,
quizás, quizás, quizás, quizás, quizás, quizás...

Quizás, por fin, entera.




domingo, 12 de mayo de 2013

.

"Apaga la luz,
que en mis dedos vas a encontrar a todos los soles."

Hoy te he mirado a los ojos
y no me he visto a tu lado.
Quizás es que ahora te estés tirando al olvido.
O el olvido me esté follando a mí.
Sin embargo, sin recrearnos en lo superfluo,
la necesidad de necesitar necesitarte me despierta
todas las putas noches y me invita a una copa:
-Desnúdate y nos leemos algo.

Contrarrevolución significa volver a tus labios,
pero antipoesía sería no versarte en cada esquina.
No te preocupes, atentarte es droga y rutina.



Woody no se olvida
de que me debes
una recreación de Manhattan
en la piel.

El problema de esta sociedad
es que buscamos a alguien
que nos abra las piernas
cuando deberíamos encontrar quien
nos abra la mente.
Y así es como hacemos fermentar
a la subliteratura en los baños
de cualquier discoteca.

No me habléis de normas
cuando la libertad es un tema tabú
y hemos coqueteado con ideales
que se acostaban con conceptos
terminados en fobia.
Veréis, me duele más mi país que a todos los que se les llena
la puta boca gritando su nombre mientras enarbolan una bandera
de intransigencia, -sois enfermedad-.

Ahora es el momento en el que te preguntas
que tiene que ver este ataque reivindicativo
en medio de una declaración de intereses:
todo lo que me gusta (me) duele.






lunes, 6 de mayo de 2013

Conozco a gente
que entiende el amor
como se hace la lista de la compra:

2 desodorantes
3 barras de pan
1 valium
24 llamadas perdidas
7 caricias
10 pizzas
Medio kilo de versos

y así no.
¿por qué preguntamos en que pasillo venden todas las horas que malgasté pensándote?
-sección congelados, señorita.
-¿y el miedo?



domingo, 5 de mayo de 2013

hoy he comprendido que los límites
de la geografía
y las líneas de tus manos
son lo mismo
y viceversa.

la poesía se pinta los labios
con las lágrimas que derramamos
en los baños
cuando nos (re)parten el corazón.

a ti yo te vuelvo poesía y poeta,
tengo la capacidad de hacerlo todo
y de deshacerte nada.

lo bonito es escuchar a Suarez
y vivir de amor y no morirnos de vértigo.
escuchar a Suarez y que nos evoque
unos ojos donde perdimos 
todos los puntos cardinales
e incluso los números.

masturbar a un verso
debe ser
remover todas sus sílabas
y hacerle creer que ser libre
se resume en no tener rima.

échame agua oxigenada en las cicatrices,
que he probado con el ron
y no se reabren.

hay días en los que amanezco muy eme:
muy mía, masturbatoria, metapoesía.




jueves, 2 de mayo de 2013

Este es mi 'please do not disturb' y tampoco baila.

Ya son ganas de jodernos la vida,
pero tienes las vistas más bonitas 
en la azotea de los ojos.
Y es vocación de suicida el acercarme a ti.

Que nunca te me desvanezcas de la poesía,
porque aunque les escriba a otros -que sé que lo haré-
tú siempre serás los precipicios de todos los desórdenes
sintácticos
y las malas conjugaciones
de los verbos.
Inflexióname.
Reflexióname.

Me parece más poético decirte que a veces
eres un hijo de puta
a decirte que me gustaría empaparme 
de todos tus estanques.
(hace tiempo que olvidé nadar)

hace tiempo que me preguntaba ¿por qué?
y las interrogaciones eran mis zapatos
en tu camino,
pero ahora solo intento sacudirme por dentro
todo el polvo que dejaste 
(busca el doble significado que quieras)

Leerte es como abrirme en canal 
y dejarme pusilánime,
pero soy valiente y me atrevo incluso
a desdecirte las palabras.

Que yo te hubiese descubierto los párpados
de toda la filmografía de Chaplin
y las manos de retazos. 

Sé que no estás acostumbrado,
que quizás me hayas cambiado
por un tequila y un escote,
y que quizás yo deba cambiarte 
por alguien que no tema asomarse
a mis miedos, o qué se yo.

Verás, hubo una vez en que me sentí Annie Hall entre tus brazos
y con eso me conformo.

Tú, que hacías que incluso los lunes pareciesen viernes
en mis piernas.

sábado, 27 de abril de 2013

Hoy he ahogado mi vida en uno de esos vasos
y las penas flotaban alrededor de la ginebra.
Pero me las he bebido todas de un trago.

Puedes tener la azotea más bonita en tus ojos
pero no me gusta matarme contigo.
Ni tampoco morirme por ti.

-Que mirada tan profunda, ¿cuándo deja de llover?
Hace más de un año que ya no llueve
y ahora me mete mano la primavera.
Llamémosle cambio climático
o cambio de prioridades.

Coge las maletas y vamos a seguir evitándonos.
A esta vocación de suicida potencial
la maté junto a ti.
Pero esta asesina no va a volver al lugar del crimen.

Ahora que estoy manchada de poesía,
haciendo de la vida un vicio más,
ahora que los minutos me parecen carreras,
que sonreír es sinónimo de correrse,
búscame en cualquier libro
porque
ahí
es
donde
me
maté
yo


(pero recuerda que no fue por ti)


lunes, 22 de abril de 2013

Miguel

Quizás sean pocas la veces
que escribo sobre él,
y quizás sean pocas las veces
que no me acuerde de él.


http://www.youtube.com/watch?feature=endscreen&NR=1&v=wYGkywVYtWc

Hoy encontrad el amor que tengo a Miguel Hernández
en una canción,
en una voz,
en un poema.


domingo, 21 de abril de 2013

Recuerdo como me deshacías
el odio por dentro
y dabas sentido a eso del amor,
mientras Travis nos observaba desde su taxi
a través de la pantalla de tu habitación.
(Y yo sé que a ambos os gustaba verme
vulnerable y lasciva,
desarmada completamente)



Haces menos domingos a los domingos
y ya por eso tienes licencia
para morderme la boca y las medias.

Lo que tú no sabes es que yo te hubiese entregado hasta lo que no tenía,
pidiendo préstamo, comiendo deudas, besando intereses;
todo para que tú me hicieses el café de las mañanas
todos
los
días
de
mi
vida.



miércoles, 17 de abril de 2013

Metapoesía

Hablar de ti
es como entrar
en un bucle infinito
de poesía.
Es como destilar sueños
por los párpados
y llanto por los poros.

Hoy he vomitado palabras
y todas las emociones se han caído
a mis pies pidiendo que no te destierre
de mi cabeza.

Pero es que ya no quiero más sombras.

Contigo pensar significaba
carburar en mayúsculas
y sin acentos.

Y qué bonito pensabas en mayúsculas.

Caer en la cuneta porque estamos hartos
de las hipotecas.
Y así es como te quiero. Muy lejos.

De morirnos estamos ya todos cansados,
no te lo discuto, pero morirse a deshora
es el peor chiste que me has contado.

Quién no llora no, mamá.

Bajarme la falda y a tu infierno
tienen la misma familia semántica.

Gasto tanta credibilidad que estoy
en números rojos.

Hazte así en la boca
que voy a arrancarte
lo de umbrío por la pena.

Te deseo en defensa propia.

Escribirte es metapoesía.









lunes, 15 de abril de 2013

Que yo no quiero que me abras
las piernas,
que yo quiero me abras
la mente.
Que yo no quiero que me cierres
la boca,
que yo quiero que  me cierres
las heridas.

Que yo no quiero me incendies
por dentro,
que yo quiero que me incendies
la vida.
Que yo no quiero compartir
febreros,
que yo quiero que me hagas menos domingos
 los domingos.

Que yo no quiero que me beses
en los portales,
que yo quiero que me desvistas
por dentro.
Que yo no quiero coserte la boca
con versos,
que yo quiero que desanudes
mis cicatrices.

Que yo no quiero que tu mano
haga su trabajo debajo de mi falda,
que yo quiero que me hagas volver
y recaer
una y otra vez.
Que yo, lo único que quiero,
es olvidarte.
Pero a base de olvido me estoy
matando.

Estamos en abril y sigo temblando (de frío, de miedo)




domingo, 14 de abril de 2013

Abril nos abre las piernas y nos sacude la puta vida

abril es el mes de los poetas
y a mí me hace llorar.
abril es esa musa que te sana las heridas con alcohol
y te emborracha la mirada y te nubla la vida.
abril es esa puta que te folla con intereses de amor.
abril fue nuestro, cariño.

abril fue el mes que nos ha visto
desgarrarnos la piel con los dientes,
absorbernos las miradas,
tentarnos con las manos,
germinarnos de ideas y
rompernos por dentro.

abril es ese seísmo que no me dejaba
parar de temblar cuando tú me tocabas.
abril es toda la literatura que me inyectaste en vena
y las sobredosis de El Padrino.

abril es tú y yo en tu piso,
compartiendo sábanas y confesiones,
empapándonos de nuestros pasados
e intentando construir futuros lejanos.

abril era sudaderas y moño y hacerme sentir guapa.

abril es miedo convertido en poesía.
abril es todo lo que quise
(y todo lo rota que me dejas)

abril en domingo es nuestros latidos desacompasados,
tus dedos buscando mi sexo,
mi lengua perdiendo el respeto a tu calma.

abril en domingo es querer reconstruirnos con una de tus costillas,
abril en domingo es verte y no poder rozarte.

Punto y soledad.

sábado, 13 de abril de 2013

Te echo de menos.
O me estoy muriendo.

Es que ayer, entre la niebla y el alcohol,
muchos hombres me miraban,
y todos sus ojos eran los tuyos
pero ningunos eran los tuyos.

Porque cuando hablo con cualquiera
todo me parece banal e insípido,
y no es que quiera alimentar mi ego,
es que nadie abre en canal las palabras
como tú lo hacías.

Ni nadie me toca como tú lo hacías.
Ni nadie me ata en corto como tú lo hacías.
Ni nadie me desacelera el riego sanguíneo.
Ni nadie me altera con sus dudas.

Verás, no sé que coño es esto.
Es querer y no querer.
Acercarte y alejarte.
Subida y bajada constante.

Me he fumado un porro para ver si así dejaba de mirarte
entre las luces de neón,
o en el fondo del vaso de mi ginebra limón,
y aún así sigo levantándome por las mañanas y,
aunque cualquier otro me haya escrito versos de amor,
yo solo tengo dedos para poetizarte a ti.

No sé como decírtelo pero
mi cuerpo se ofrece
para que te tomes en él
la última copa.
(y a esta invito yo).

Te echo de menos.
O me estoy matando.

jueves, 11 de abril de 2013

Es la 1:04 de la madrugada más triste
de mis diecinueve años (pero no días)
y me voy a arrancar tus quinientas noches
de una sola forma:
-Ya no te quiero, es solo necesidad.


Nunca me había sentido tan viva.
Tengo seis horas para viajar hasta ti
y no sabes todo lo que me da de sí
este viaje.
Es que yo correría detrás del tren
aunque se acabasen las vi(d)as.
Incluso dejaría que las maletas
se quejasen de mi y me presionaran
todas las arterias y me desangrase por dentro,
así, clavándome las entrañas poco a poco.
Que escatológica me vuelvo a tu lado.

Ya no escucho a Joaquín para no atentar contra mí,
y hoy he visto a Madrid poética pero mísera,
y así es como yo te veo a ti, cansado pero valiente.

Me estoy curando las llagas a base de sal
pero sigo en pie.

Estoy como Woody sin Diane en Manhattan,
o como Warhol sin sopa de tomate.

Te aseguro que de lo predecible que soy
puedo romperte todos los esquemas
y no tengo el seguro a todo riesgo.
Odio las normas y por eso siempre escribo en verso libre.

Quizás el mundo se ha propuesto
restregarnos las ganas y a abril
por toda la cara. (por tus labios)

Vuelve, joder, no quiero que seas
un paréntesis más en mi corazón.
Vuelve y te prometo que te verso la almohada.
Vuelve y dejo de a(tentarte) con la poesía.

Vuelve y te incendio la vida.



jueves, 4 de abril de 2013




Tatuad los versos 
en el reverso de la piel.

Mátame de amor
y muérete por mí.

Stop a los miedos.
Que me quiebres las constantes,
que intensifiques mis vicios,
que me aceleres el pulso,
que me toques por dentro
y me hagas crecer...

miércoles, 3 de abril de 2013

Esta ciudad no sabe ni lo que quiere
y por eso me recuerda tanto a ti.
Quizás sea porque cuando me vuelvo adepta
a los atentados de tu boca
todos me explosionan al lado del corazón.
Entonces es cuando el humo no me deja ver
más allá de mis latidos,
ya sabes por lo que me guío,
poesía, puta poesía que me
cicatrice las heridas.

Me explosionas tus poemas en el vientre,
corriéndose la tinta siempre por dentro,
dejándome versada el alma,
ya sabes que a nosotros la poesía siempre
nos gustaba... pero a pelo.

Quizás suene como una de esas canciones
del pop que siempre hemos criticado
pero a tu lado me vuelvo valiente aunque olvido
todos los acordes que nos dedicamos en aquel piso,
pero prefiero renovar los momentos a no tenerte
de nuevo
conmigo.

Estabas tan guapo la última vez que te vi.
Siempre te recuerdo el día que nos despedimos.
No llovía, pero como si lo hiciese.
Contigo fumarme la vida resultaba ser tan tóxica
que tenía los pulmones negros (pero de mariposas)

Contigo mis venas, joder, se corrían de vida.
Es que yo solo conozco tres pronombres personales:


nosotros.

Qué bonito es estar triste de manera controlada,
qué bonito es escribirte siempre en pasado.

Pero qué profundo y violento
sería que me salvases de todos los domingos
en donde ni los poemas quieren hacer el amor
conmigo (con nosotros)



domingo, 31 de marzo de 2013

me gusta estar en un constante estado de crisis.
Verás, está lloviendo ahí afuera
pero necesito el paraguas dentro de mi casa
porque es mi cara la que no deja de lloverse.
el caso es que cuando me sacuden los problemas
siempre acabo temblando en el mismo rincón de la habitación,
esperando a que vengas para decirme
que es solo un alud de incertidumbre
y que el mundo continúa queriendo besarme la boca.

Ahora que no estás la ausencia me dice
que es solo una etapa,
que llegará el momento en el que
seré de nuevo invulnerable e independiente.
(pero esta boca no sabe versarse sola, joder)

A ver si te mueres de amor. O a ver si te mata el amor de una puta vez.




Esto lo escribí en nuestro querido marzo,
tan etílica como siempre,
mientras Sabina me cantaba al oído eso de: niña, ¿quién te ha robado el mes de abril?
Lo que Joaquín no sabe es que abril me lo arrancaste del pecho en pleno verano.

martes, 26 de marzo de 2013

domingo, 24 de marzo de 2013

es domingo
pero creo que escribo
sobre ti por pura inercia
y creo que escucho a
Suárez para inmolarme
el corazón
pero es pura inercia,
te lo prometo.

es domingo y fuera
hace un sol perfecto
para que me invites
a dar un paseo por
todo tu cuerpo
o a un café, que ya sabes
que yo me conformo
con apartarte el azúcar
de las comisuras
pero es pura inercia, joder.

es domingo y en los balcones
no hay Julietas demacradas
esperando a sus Romeos
con cara de resaca
porque eso de la literatura
es una falacia.

es domingo, y no hay película
que me despierte la imaginación
o reviente mi sistema de defensas
porque de ese ya te encargaste tú.

es domingo y estoy escribiendo
por inercia
de decir que no te quiero
pero que quiero que me quieras.
no sé, es jodido pero práctico.

es domingo, y hoy sería capaz
de dejar que me desnudase el mundo
y que me tocase las entrañas y me salvase
de (re)caídas en camas ajenas.

es domingo y no quedan condones
porque ayer hicimos demasiado sexo
a los libros y los marcapáginas me comentan
que eche el freno a mis emociones.

¿sabes? me asustan tanto los domingos
porque me recuerdan a nosotros
bailando en tu sofá
con todas nuestras dudas.

A ver si te mueres de amor de una puta vez.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Creo que nos buscamos por la simple necesidad
de saber del uno del otro,
de saber que no hay otros labios que nos están besando,
ni hay nadie en nuestra cama que nos enseñe
el verdadero significado de los abriles
que rompimos
que rompiste.

Creo que nos buscamos porque nos gusta empaparnos,
también culturalmente hablando,
y llovernos, y deambular al borde de nuestras alturas,
y sufrir vértigo, mucho vértigo,
porque somos amantes de la tentación.
Y tú me tientas pero no me tienes.

Creo que nos buscamos para comprobar quién venció
y quién sigue muriéndose de amor en las trincheras
del olvido
pero cariño, cambiamos tanto de papel
que yo ya no sé ni en que escenario me muevo.

Creo que nos buscamos porque no nos queremos
pero nos gusta hacer poesías y discutir sobre los libros
que yo nunca voy a leerme por mis prejuicios,
o sobre las películas que tú nunca vas a visionar en mi costado.







Creo que nos buscamos porque queremos darle un nuevo significado a eso de 'echar de menos'.

martes, 19 de marzo de 2013

ojalá morirme de muerte natural de amor,
de dedos acariciando mis paredes internas,
de bajar tus   e
                          s    
                                c
                                      a
                                            l
                                                   e
                                                           r
                                                                   a
                                                                            s







y por fin la sobredosis.