domingo, 24 de febrero de 2013

Dime que hago yo
si me dejas con las avenidas heladas, 
los esquemas boca abajo, 
y las promesas cortas  
mientras suena wish you were here
pero sin el 'deseo'.  

Creo que eres como
la mejor poesía que
nunca voy a poder
escribir. 
Tienes la misma forma
versada en la sonrisa
pero en el fondo eres
un poema más
para llorar,
para gemir(nos).

Supongo que pasará el tiempo
y tus versos me acuchillarán,
me levantaré la falda 
ante el ideal del olvido 
y quizás conozca el concepto
éxtasis mejor de lo que tú me lo explicaste.

no sé si como dijo Joaquín
necesitaré 19 idas
y 500 noes,
pero si algún día quieres,
déjame que te vista la boca o,
si lo prefieres,
deja que te desvista el alma. 


viernes, 22 de febrero de 2013

coloverdemarihuana

alguien me dijo
que existe el momento
en el que la tristeza
se vuelve droga
y bonita.
Y vaya problema.

Eh.

Quién me arranca ahora
estas ojeras del frío
de no dormir en tu cama
y quién me levanta la falda
o me arranca las medias
-y nuestros miedos-

Amor debe ser parecido
a buscarte en cada ciudad
cuando llueve,
bajo cada paraguas, 
temblando por creer 
que cualquiera puede ser tú
o que cualquiera puede besarme
los labios y lloverme en la boca.

el tiempo lo cura todo,
pero hemos cambiado tanto
de estación y de climas
que yo ya  no me lo creo.

Eres tan morboso 
que me gustas más 
cuando me mendigas 
y me lloras.

Ya nos lo dijo Sabina,
si tengo que fumar algo
para colocarme
que sean tus ojos
de marihuana.

y tiro porque me toco.
porque me toques.

jueves, 21 de febrero de 2013

leerte es como
la acción
volcánica
de masturbarme

o de masturbarnos.

es como leer poesía
entre tus piernas,
deslizándose por mi boca
todos los versos que
Neruda nunca
nos quiso escribir.


miércoles, 20 de febrero de 2013

Recuerda que fuiste tú
el que me enseñó
a follarnos con las palabras.
Y también fuiste tú
el que me rompía los versos
en el vientre,
implosionando para dentro,
quizás buscándote
en mis entrañas
con la única excusa de
flotar o de fletar
nuestros instintos para
así poder volar
con todos mis miedos.
Joder, que me da igual
si caigo si tú caes conmigo.

Qué bonito hubiese sido llenarte todo de prim(av)eras veces.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Salamanca no se va a bajar las bragas
ni va a apagar todos sus bares,
ni va a cerrar todas sus esquinas,
ni va a estallar todas sus farolas
ni va ir detrás de tu huida,
-pese a tu sonrisa-
que, ya que estamos con las palabras,
deberían arrancártela
y nombrarla Patrimonio de la Humanidad.

Que soy yo la única que quiere desgastarte los silencios.

... melancolía me mira desde nuestra cama
-dejándome en huesos-
me desnuda con la mirada
y dice que se va a quedar aquí
hasta que a ti te apetezca
volver y cortarme los labios.

lunes, 11 de febrero de 2013

Versándote

Bésame como si fueses poeta
que de versarte ya se encargan
mis dedos
mis entrañas
mi corazón.


Existe una aduana tan dura
entre tu tacto y mi tacto,
una terrible injusticia
entre tus intenciones y mis deseos,
un fatal desencuentro
entre tus maullidos y mis ladridos,
que temo que llegue el momento
en que me despierte
y ya no exista
excusa
para
escribir(te)

Si me invitas a subir a tu casa
empezamos con la cerveza,
acabamos por la ropa
y te prometo
que rescatamos al país
e incluso salvamos al mundo
aunque solo conozca de números
las veces que te he querido olvidar.

Ven, que te voy a acelerar el miocardio,
voy a subirte la prima de riesgo
y a romperte del mismo modo
que tú me rompías y sigues
r
o
m
p
i
é
n
d
o
n
o
s
.



sábado, 9 de febrero de 2013

Cuando nos conocimos
la química encontró
su sentido
y explosionó.

Tus labios me saben
mejor que la cerveza
en los míos.

Ven conmigo
que voy a ofrecerte
tu lugar en el mundo -mi cuerpo-
y después voy a teorizar
con la idea de revolución
en el tuyo. 

viernes, 8 de febrero de 2013

que me han besado

Porque entonces viniste tú,
y todo el declive de mis creencias,
todas con defecto de fábrica.
Patentaste modos de amar
(que mantengo por la inercia
de no querer al olvido)
y la revolución.

Te habías dejado a Stendhal
en el bolsillo
y solo tenías síndrome
pero de revolucionario.

Me hablabas del cambio,
de un futuro,
del fin de las exigencias,
de la praxis con estilo,
de patrias sin pasados que nos avergonzasen,
de intolerancia a todo lo que acabase en -fobia,
de la cicuta de la corrupción.

Pero nunca mencionaste que
un día amanecería
sin la sábana de tus brazos
abrigándome el alma.

Eres tú el culpable
de que no crea en las revoluciones,
se me empañan los ojos
si en los telediarios aparecen
las manifestaciones
(la victoria que tuvo que haber sido nuestra)
soy atea con banderas,
pero en las trincheras del olvido
siempre te acuerdas de resucitar.

Y aquí me tienes,
1:10  de la madrugada,
vomitando wish you were here,
con el paladar ácido,
tiritando de miedo de encontrarte en cualquier vértice,
jugándome la boca por calentarme el invierno,
buscándote en cada fotografía,
moviéndonos -en primera del plural-
en un inabarcable subjuntivo,
haciéndote daño para luego poder lamerte
las heridas,
esconderme de la luna en tu bazo,
con la única pretensión de desvirtuarnos,
propasarnos, manifestarnos en contra de los recortes de los besos,
alienarnos por el civismo del sexo -¿qué putas normas va a tener el desenfreno?-
desnudarnos las mentes,
poetizarnos los cuerpos,
bebernos las horas,
follarnos las teorías -que venga Marx y se atreva a hablarme de guerras
si nunca ha estado en el campo de batalla de tu cama-

pensar en ti en caliente para que no se me enfríen los pies.
abarcar todos los posibles para que en mi cuerpo no quepa lo impasible.

porque, aunque no estás, eres los labios más bonitos que me han besado.


sábado, 2 de febrero de 2013

De todas las entradas
que me ofrece tu cuerpo
no te haces una idea
de todo lo que me gustaría
perderme en las acepciones
de tus dedos.

Y encontrarme cerca
de la curva de tu cintura,
quizás viajar en paralelo
hasta el epicentro
de tu ombligo
o empaparme de lo que
se localiza unas millas más abajo.

Tener ganas ¿de qué?
si yo no entiendo de obligaciones
ni de perífrasis.

Provocas charcos y olas,
de correr(nos) están mis manos,
de cómo nos hicimos libres,
anudándonos cada centímetro de carne
que me hubiese gustado llenarte,
acelerando en cada semáforo en rojo,
saltándonos toda señal de tráfico.

Desear más, recuerda que yo inventé ese concepto.