viernes, 13 de febrero de 2015

Descubrirás por el peso del tiempo que unos días naces fuego y otros sientes como ceniza. Ser herida, morir como sutura.
Contarás los días que te levantaste y no recordaste -que serán, en todo caso, los más mínimos-, llorarás por los dedos, por los huecos, reventando la carne, oxidando promesas, preguntándote si quisiste tanto como te dejaron, si te quisieron tanto como mereciste -como debieron, como pudieron.

Reflexionarás automáticamente porque no te lanzaste -si tú sabías que aquel chico quería trato- y te enganchaste, y te enganchaste. 

Aquel mensaje que nunca le escribiste: sé y hazme ser.

Y nos deshicimos. 

lunes, 2 de febrero de 2015

Hoy no he salido a la calle y he terminado haciendo la lucha -constante, imprecisa- desde la cama. La retina empapada de películas progresistas, las consignas pegadas a la pared. Les imploro que la vida no me deje aburguesar -que no pasarán, que si la lucha, que si la izquierda, que somos mayoría, que contra el gobierno de los banqueros y de los ricos y que debemos continuar la lucha hasta tumbar los planes de la derecha- que la vida nunca me deje ser sistema. 

Hoy no he salido a la calle, tampoco he leído poesía ni prensa

(y no las he necesitado 
porque sé que el país continúa siendo un error
y que tú sigues estando tan lejos
que inspira)