viernes, 28 de junio de 2013

Veréis, no acostumbro a tender mi vida aquí (o quizás si), delante de ojos que me censuren o me idealicen.
Esta noche, sin embargo, la tristeza adopta esta forma y mis dedos me piden que colabore con lo que siento:

Residencia María Milagrosa
Gran Vía
Salamanca

Mi casa durante dos años.
Una escisión de mí,
una escisión de nosotras.

Risas,
borracheras,
vaciles,
lágrimas,
desamor,
amor,
poesía,
discusiones,
calor,
frío,
quejas,
cine,
cenas,
música,
agobio,
teléfono,
monjas,
virgen,
polillas,
boxeo
¿quién? ¿cómo? ¿cuándo? ¿por qué? me he perdido,
la rata,
la Benemerita,
Polluelo,
Cordero,
Repu,
China.

Que se muera la pena, joder, que esto no es punto final.
Porque recordad que todo lo que hemos vivido aquí ya nadie nos lo podrá quitar.

sábado, 22 de junio de 2013

La tragedia es que me inspiras cervezas al sol.
Tienes veinte años y la filosofía de Bukowski en el pecho.
Wish you were here como banda sonora de nosotros,
Turnedo como réquiem.

(te mataría y aún así te llevaría flores)



martes, 18 de junio de 2013

Y ahí estábamos las dos:  fijas, poniendo las cartas sobre la mesa (pero no eran de amor), maniáticas, rozando la histeria -en otra ocasión hablaré de su jodida obsesión por Charcot-. Era el momento de cortar toda relación posible, aquellas noches habían sido una ruina la una para la otra desde que nos habíamos instalado en las galerías de nuestras cabezas.

Yo había aprendido de ella a liarme la vida y a fumármela, su idiosincrasia, el número de calzado que gastaba, los argumentos que aportaba para demostrar quién era su Dios, su color favorito -que, digamos, era el malva-, su agenda telefónica -llamaba siempre de noche con número privado.-, sus escritores de referencia, las drogas que le enrollaban, el cine que le gustaba, lo bien que le sentaban las minifaldas y lo jodidamente absurda que se veía en ropa interior.

De mí ella había aprendido qué era el desastre, qué era lo absurdo y qué era la irreflexión. La primera vez que la vi le dije que mi color favorito era el verde.

Y ahí estábamos nuevamente las dos: fijas, maniáticas, rozando la histeria. Le dije que se marchase, que ya no quería más sombras en mi cabeza. Se abrigó con uno de los poemas que un día le escribí, me beso en la boca y se fue para siempre.

Y ahí está lo jodido: lo bonita y tóxica que era -que es- la tristeza.

jueves, 13 de junio de 2013

de renuncias voluntarias, de renuncias personales

entonces él rompe el contrato y

el polvo
el silencio
los despistes
las horas perdidas
el cariño tóxico
la ignominia
los celos
el garrafón
las piruetas de la mente
el vello erizado
la piel irritada
el sudor
los somníferos
las lágrimas puntuales
el tiempo como analgésico



leer a Neruda a deshora
aprender a coser las heridas
convertir esa animadversión a los hospitales en afición, 
sin sentido de urgencia,
el  cigarro de los ojalás
los acentos,  joder, los acentos,
el derrumbe de las gramáticas normativas,
las llamadas perdidas de quinceañeros,
el recobrar la prisa y follarse a la pausa,
el matar las horas y   ser culpable del paso del tiempo,
el valium mezclado con red bull,
los lavabos  que no lavan caras, que resucitan pasiones
y no al tercer orgasmo,
todas las renuncias personales con fecha de caducidad
y las voluntarias sin   carné de identidad...







rompen mis constantes vitales.


Y echar de menos se convierte en nostalgia mal gestionada.


Hace tiempo que lo único que hace revueltas a mis sentidos es:

http://www.youtube.com/watch?v=AAjv64zoRWI

lunes, 10 de junio de 2013

.

A ella le gustaba escribir con las manos sucias, la boca cargada de alcohol, los ojos volados y las ideas fijas. Le gustaba escuchar a Iggy Pop mientras se hacía un cigarro o colgaba a tender todos sus esquemas. Al inicio del vendaval.
Hacía muecas desdeñosas, era adepta a los antros más sórdidos de las ciudades, siempre buscando cualquier enigma que resolver o convirtiéndose en el epicentro del seísmo.

Le gustaba leer a Goytisolo mientras se pintaba las uñas porque decía que era como reflejar todas las palabras del poeta en su coraza. Dormía, quizás demasiado, porque pensaba que la buena poesía se follaba por las noches, y quería ser noche todos los días.

Quizás demasiado inestable o maniática, nunca cerraba el vendaval que tenía por vida y hacía del inconformismo una droga más.



jueves, 6 de junio de 2013

"Contra el color de tus ojos
me quedé sin voluntad."




Diecisiete personas haciéndole un escrache al desamor.
Ausencias.
Un polvo en el desván.





domingo, 2 de junio de 2013

domingo y solo me apetece reventarme la carne por dentro. aquí estoy, varada en Gran Vía, buscando a alguien que me invite a un pitillo (a ver si se estira y se invita a maría) o que se invite a un verso que me reviente la concentración de tanta mierda de mundo, de tanto parásito social, de tanto amor de barra, de tanto vacío, de tanta caída, de tanta remisión, de tanta redención en muslos ajenos (a los míos).

que venga cualquiera y me increpe
que no tengo mejor arma que mi lengua.

anárquica, voraz, caótica, profunda, violenta, soberbia.
y solo soy un deje de todo ello.

olvidar es la peor de las muertes pero he llegado a la fase en que tú vienes y a mí me da igual que seas tú o cualquiera -pero no quiero que dejes de hacerlo.- esto solo es la antesala a la tragedia.

a la masacre de todos nuestros instintos.

haciendo del desorden método de mi vida.