jueves, 13 de junio de 2013

de renuncias voluntarias, de renuncias personales

entonces él rompe el contrato y

el polvo
el silencio
los despistes
las horas perdidas
el cariño tóxico
la ignominia
los celos
el garrafón
las piruetas de la mente
el vello erizado
la piel irritada
el sudor
los somníferos
las lágrimas puntuales
el tiempo como analgésico



leer a Neruda a deshora
aprender a coser las heridas
convertir esa animadversión a los hospitales en afición, 
sin sentido de urgencia,
el  cigarro de los ojalás
los acentos,  joder, los acentos,
el derrumbe de las gramáticas normativas,
las llamadas perdidas de quinceañeros,
el recobrar la prisa y follarse a la pausa,
el matar las horas y   ser culpable del paso del tiempo,
el valium mezclado con red bull,
los lavabos  que no lavan caras, que resucitan pasiones
y no al tercer orgasmo,
todas las renuncias personales con fecha de caducidad
y las voluntarias sin   carné de identidad...







rompen mis constantes vitales.


Y echar de menos se convierte en nostalgia mal gestionada.


Hace tiempo que lo único que hace revueltas a mis sentidos es:

http://www.youtube.com/watch?v=AAjv64zoRWI

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