martes, 25 de marzo de 2014

domingo, 16 de marzo de 2014

los ojos llenos de Belmondo,
las manos en blanco y negro,
el cigarro de después de comer,
la ginebra de después de fracasar,
las afrentas personales que la gente tiende a colectivizar,
-el vacío del mundo en la oquedad de su cabeza-
las causas sociales sin pulso,
los actos políticos para partirnos las bocas,
el puto miedo, las putas envidias,
los viajes a ninguna persona,
las personas sin ningún viaje,
las ciudades que me faltas,
las faltas que cometes en mi nombre,
los nombres que nunca guardé en mi memoria,
el sur como casa y el norte como refugio,
los labios que nunca besé,
la piel que nos hizo un poco esclavos, pero libres,
la carne flácida frente al espejo del gimnasio,
Al final de la escapada nunca tuvo sentido.

Bébete todo el vacío.
Tengo apuntes y muchos frentes personales abiertos.

Ay amor, no sabes lo que ha sido verte
sentado en el sofá de enfrente
hablando de los dos 
como el que habla de algo suficiente 
(...)
Curioso vivir en tu ciudad y nunca verte

Andrés Suárez

lunes, 10 de marzo de 2014

'Puede que fuéramos demasiado jóvenes, no sé, o fue culpa de esa sensación absurda de que si encuentras a la mujer de tu vida con veinte años lo mejor es huir.' (Trueba)

Y mira que hora es. La 1:25 de un puto martes y aquí tengo las palabras ácidas, divergentes, dispuestas en fila para precipitarse a la hondonada de la tristeza. Contra toda certeza, contra todo pronóstico, elijo las notas que he escrito de madrugada, casi dormida, en las paredes internas de la soledad, apuntes de calles más rutinarias que mi vida -de mi casa a mi ruina, de la ruina a tu casa- sin dejar convencerme, sin propagar creencias propias -ya ni en mí misma. De la pólvora mojada, de las rebeldías de mujer a tientas, de incendio a brasa fría.

No sé por qué he elegido la oración -ahora Padrenuestro de las monotonías emocionales- de Trueba y, sin embargo, ahí está, como antecedente de todo, como descendiente de nadie. También los trenes siguen descarrilando.

(también
seguimos
en el andén
esperando)




miércoles, 5 de marzo de 2014

Me has dejado con los principios tiritando
por los pies, los versos congestionados,
la vida como todo lo distinto a lo distendido,
Me has dejado como a una apátrida
sin señas de identidad,
como cuando me lavo los dientes y lloro,
como cuando ojalá se convierte en oración,
como cuando se termina cualquier libro,
como cuando me vuelo la nuca con metáforas,
como cuando Urquijo termina de cantar despacio,
como cuando se da connivencia entre orgullo y decepción,
como cuando te veo en todos los telediarios.

A la vida le falta valentía. A mí me sobra miedo.

He cogido Carnets y he llorado porque sé que, como Camus,
ahora voy a escribir.

Qué triste estaba Madrid en febrero.

Me has dejado con tu adiós y mi ven.
Y de pronto al mundo le falta el suelo.