lunes, 2 de diciembre de 2013

Escribo por inercia.
Noviembre ha sido una conquista,
ya lo advirtió García Montero.
Dais vuestra palabra como quien da la mano
a cualquier desconocido
-y así nos va.

Os abrís al mundo con cualquier boca,
suplís vuestras necesidades fisiológicas
con cualquier profunda de bote
-y luego os preguntáis que quién os entiende,
que queréis una mano que os salve de este puto mundo.

Se os llena la boca de injusticias y denuncias
y solo estáis llenos de renuncias
-llenos de instinto tan mal disimulado,
que también diría Luis.

Escribo por inercia.
Os movéis en una eterna dialéctica,
en ese eterno desencuentro,
en esa eterna confrontación de egos
que no conduce absolutamente a nada
-a la nada, si conduce a algo.

Os movéis en esa prepotencia
que os araña la educación,
os movéis en esa contradicción inherente
del quiero pero tengo miedo
y tengo miedo pero me lanzo de cabeza a tus miedos.

Poned cara de importaros algo,
y creéroslo, que la hostia sea inmensa,
coged con ansia lo absurdo que es,
quedaos en números rojos
y  en toda la gama cromática.
Dudo.
Nunca deshice las maletas para quedarme.



Retrato de un diciembre que está muy manido,
muy roto.


"yo también huyo en trenes a medida (...) pero, si vienes, juégate la vida"

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