¿Quién te ha salvado de mis precipicios?
Asúmelo, te sobra verborrea y te falta coraje, echarle cojones a la vida en retórica menos avanzada.
A la última copa, y espero que por cortesía, invites tú, desesperanza.
Cómeme bien, no sólo la cabeza.
A mí 400 kilómetros me sobran y me faltan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario