domingo, 26 de agosto de 2012

Lo bueno de idealizar es que, con algo de suerte, a ti te idealicen. Y ya ves, una inmadura bien idealizada gana bastante. 
¿Sabes? Soy de esas que cuando le dice algo a alguien del pasado, o escucha una determinada música durante el proceso que implica el caos de las emociones, o escribe poseída por los efectos del alcohol no vuelve a repetírselo a ningún otro jamás. Llamadme romántica o psicótica, pero creo que existen determinadas palabras para determinadas personas. 

Una carta.
Una canción.
Una película.
Una bebida.
Una marca.
Un ideal.
Un soplo renovador.
La carcoma que dejas.
Un "asómate al hueco de mi alma."
Un "deja de narcotizar tu recuerdo."
Un quizás.
Un "trafica con mis cuatro sentidos, te dejaste el tacto."
Un jamás.
Una duda.
Un "a solas soy tantas cosas que ni me he encontrado a mí misma."

Y, ¿sabes qué? Que difiero en que edites mis palabras como si fuesen un texto mísero y vacío, porque todo lo que te escribí fue para ti.






No hay comentarios:

Publicar un comentario