miércoles, 3 de abril de 2013

Esta ciudad no sabe ni lo que quiere
y por eso me recuerda tanto a ti.
Quizás sea porque cuando me vuelvo adepta
a los atentados de tu boca
todos me explosionan al lado del corazón.
Entonces es cuando el humo no me deja ver
más allá de mis latidos,
ya sabes por lo que me guío,
poesía, puta poesía que me
cicatrice las heridas.

Me explosionas tus poemas en el vientre,
corriéndose la tinta siempre por dentro,
dejándome versada el alma,
ya sabes que a nosotros la poesía siempre
nos gustaba... pero a pelo.

Quizás suene como una de esas canciones
del pop que siempre hemos criticado
pero a tu lado me vuelvo valiente aunque olvido
todos los acordes que nos dedicamos en aquel piso,
pero prefiero renovar los momentos a no tenerte
de nuevo
conmigo.

Estabas tan guapo la última vez que te vi.
Siempre te recuerdo el día que nos despedimos.
No llovía, pero como si lo hiciese.
Contigo fumarme la vida resultaba ser tan tóxica
que tenía los pulmones negros (pero de mariposas)

Contigo mis venas, joder, se corrían de vida.
Es que yo solo conozco tres pronombres personales:


nosotros.

Qué bonito es estar triste de manera controlada,
qué bonito es escribirte siempre en pasado.

Pero qué profundo y violento
sería que me salvases de todos los domingos
en donde ni los poemas quieren hacer el amor
conmigo (con nosotros)



1 comentario: