jueves, 11 de abril de 2013

Tengo seis horas para viajar hasta ti
y no sabes todo lo que me da de sí
este viaje.
Es que yo correría detrás del tren
aunque se acabasen las vi(d)as.
Incluso dejaría que las maletas
se quejasen de mi y me presionaran
todas las arterias y me desangrase por dentro,
así, clavándome las entrañas poco a poco.
Que escatológica me vuelvo a tu lado.

Ya no escucho a Joaquín para no atentar contra mí,
y hoy he visto a Madrid poética pero mísera,
y así es como yo te veo a ti, cansado pero valiente.

Me estoy curando las llagas a base de sal
pero sigo en pie.

Estoy como Woody sin Diane en Manhattan,
o como Warhol sin sopa de tomate.

Te aseguro que de lo predecible que soy
puedo romperte todos los esquemas
y no tengo el seguro a todo riesgo.
Odio las normas y por eso siempre escribo en verso libre.

Quizás el mundo se ha propuesto
restregarnos las ganas y a abril
por toda la cara. (por tus labios)

Vuelve, joder, no quiero que seas
un paréntesis más en mi corazón.
Vuelve y te prometo que te verso la almohada.
Vuelve y dejo de a(tentarte) con la poesía.

Vuelve y te incendio la vida.



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