jueves, 13 de febrero de 2014

La resignación es un suicidio cotidiano. Balzac

Muevo los dedos con urgencia entre el espacio
que queda entre las sábanas y mi cuerpo
por esta indomable querencia
al suicidio de las emociones
que no puedo controlar.

Me arranco la boca con urgencia cuando escucho a algún cantautor
hablar sobre el amor y lo jodido que está
aunque encuentre amanecer entre sus dientes,
aunque encajen las piezas del poco sentido del mundo
cuando le tocan.

Igual me enamoro deprisa y me desengaño despacio.
Coloco marcapáginas en el escritorio para no perderme
entre la infinidad que me estás escribiendo.

Se me han corrido las ganas de verte.


Con lo fuego que eres y que no nos estemos quemando...

El síndrome de Diógenes de personas.


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