miércoles, 5 de diciembre de 2012

Al menos nos queda esta guerra incivil, esta holgada desidia, este sucedáneo de soportarnos que tiene fecha de caducidad, estos meses de abril, porque siempre es abril en tu tejado. Y los gatos que yo no tengo maúllan a los gatos que tú tuviste, y las farolas que alumbraban a tus putas me dejaron a tientas en nuestra calle.
Al menos me queda la (des)esperanza de que las cartas que nunca me enviaste fueron el borrador de las canciones que nunca me escribiste, de que si echo de menos era el sexo y tu seso engranando con mi vicio y mi desaliento. No me censures, no busques en esta declaración de intenciones ninguna intención de tentarte.

Cariño, me está follando el desastre y estoy a punto de encontrar el éxtasis en sus dedos. O a la anarquía. De vértice a vértice.
Pero hoy Camus vino a suicidarte.
Recuerda
que
si
existes
es
porque
yo
te
mantengo.
Pero Camus, Sartre y toda tu mierda de existencialismo hoy han venido a suicidarte.

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