jueves, 2 de mayo de 2013

Este es mi 'please do not disturb' y tampoco baila.

Ya son ganas de jodernos la vida,
pero tienes las vistas más bonitas 
en la azotea de los ojos.
Y es vocación de suicida el acercarme a ti.

Que nunca te me desvanezcas de la poesía,
porque aunque les escriba a otros -que sé que lo haré-
tú siempre serás los precipicios de todos los desórdenes
sintácticos
y las malas conjugaciones
de los verbos.
Inflexióname.
Reflexióname.

Me parece más poético decirte que a veces
eres un hijo de puta
a decirte que me gustaría empaparme 
de todos tus estanques.
(hace tiempo que olvidé nadar)

hace tiempo que me preguntaba ¿por qué?
y las interrogaciones eran mis zapatos
en tu camino,
pero ahora solo intento sacudirme por dentro
todo el polvo que dejaste 
(busca el doble significado que quieras)

Leerte es como abrirme en canal 
y dejarme pusilánime,
pero soy valiente y me atrevo incluso
a desdecirte las palabras.

Que yo te hubiese descubierto los párpados
de toda la filmografía de Chaplin
y las manos de retazos. 

Sé que no estás acostumbrado,
que quizás me hayas cambiado
por un tequila y un escote,
y que quizás yo deba cambiarte 
por alguien que no tema asomarse
a mis miedos, o qué se yo.

Verás, hubo una vez en que me sentí Annie Hall entre tus brazos
y con eso me conformo.

Tú, que hacías que incluso los lunes pareciesen viernes
en mis piernas.

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