domingo, 3 de marzo de 2024

 Leo en una entrevista en El Español a Pedro García Cuartango que afirma que el sexo y el amor tienen un componente intelectual y que todo sucede en nuestro cerebro. Algo similar leí en Marguerite Duras y seguramente en Annie Ernaux. 

Ayer quedé con alguien. Bebimos, nos reímos y nos vacilamos. No puede considerarse amor lo que es prematuro e incipiente, pero cuando me desperté y miré el móvil me hicieron gracia los mensajes que les había dejado a mis amigas. A una de ellas le puse que me había sentido cómoda y que las cuatro horas me habían parecido minutos. A otra le puse que me sentía Abril Zamora en ese momento. Tierna millenial, pensé. Te crees que estás en una puta serie de treinteañeros que no establecen vínculos afectivos estables. 

Después me he duchado, me he tomado un paracetamol y me he ido a Lavapiés a resarcirme de estos pensamientos.

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