Me tiré sobre la cama con el pelo completamente húmedo mientras sonaba «Cuando olvidaré» de Puchito. Leí esto en Twitter:
« Desafortunadamente nadie está exento de lastimar a otro en el proceso de vincularse. Incluso dando todo. Como cuando Leila Guerriero escribe: no he venido aquí a pedir disculpas, sino a decir que arrojen la primera piedra. Todos hemos sido alguna vez el monstruo de alguien».
Hasta hoy mi cuerpo era inútil.
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