jueves, 1 de noviembre de 2012

CLICK, TIC. TAC.

Click. Tic. Tac.

Estamos rodeados de limosnas del "quédirán", de extorsión de vicios mundanos, de cobradores de virtudes, de progres de guantera y cartera, de tradicionalistas de viejos catecismos. Hablamos de síndromes, de Stendhal, de Diógenes, de Edipo, como si viniesen con asiduidad a casa a bajarnos el ego - y las bragas-. Hablamos de poesía, cómo si realmente supiésemos qué coño es la poesía- ¿y qué no es sino hablar de ti?- hablamos de cine, ay, cómo si realmente supiésemos que significa el verdadero cine.
Hablamos aludiendo a nuestro ingenio, traficando con la química y con el cerebro. Hablamos de verdades universales, de relativismo moral y de cinismo. Hablamos del olvido - ¿se puede olvidar a alguien en 19 días y 500 noches? - del cambio de prioridades, del sinsentido.
Hablamos de mendigos de tristeza, de políticos de verdades, de repúblicas, utopías. Hablamos de lágrimas vomitadas, de versos que escribimos sin sentir, de poetas críticos, de críticas a poetas, de Cortázar, de Camus y somos tan severos, tan arduos, tan alcoholizados con la realidad, tan número rojos emocionales que...

CLICK. TIC. TAC.

(somos simples onomatopeyas en un mundo tan distante) 



¡bang!

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