Recuerdo que en marzo de hace un año quedé con un chico con el que intercambiaba, de vez en cuando, algunas interacciones por Instagram. El tipo me parecía interesante porque compartíamos gremio y porque había estudiado filosofía en Salamanca. La primera vez que nos vimos fue a la salida del metro. Recuerdo que llovía débilmente, yo llevaba los auriculares con una canción ingrata y triste y él resguardaba en sus manos un libro de Unamuno. Mientras caminábamos, me preguntó si sabía quién era Unamuno. Le contesté que tenía el récord de tiempo en el que un hombre me había hecho mansplaining. Él simplemente esbozó una sonrisa tímida y avergonzada y me contempló de arriba a abajo.
Cuando llegamos al bar, me comentó que ese verano se iría con sus padres de viaje a la India. Me acuerdo que me reí sarcásticamente y le respondí que yo me iría, como todos los años, una semana a un pueblecito de Andalucía. Me contó que sus padres eran profesores universitarios y después toda la relación de países que había visitado a lo largo de su vida. Aquí está, pensé: la diferencia de clases sociales. Mientras me bebía la cerveza lo miraba muy fijamente. Aquí está, pensé: el capital cultural.
No volví a llamarlo.
*
Me regaló mi ex un libro de Catherine Hakim en el que abordaba el concepto de capital erótico. Me resultó obvio, quizás, saber que se pueden obtener ventajas sociales por ser atractivo. Hakim también revela que las mujeres pueden aprovecharse de este capital erótico para adquirir un mayor espacio en la vida social. Pensé que quizás la crítica que podría hacérsele es que hay que destruir el modelo de belleza hegemónico que el patriarcado nos ha impuesto y no adaptarse a él para conseguir aceptación.
*
Esta Navidad vi Past Lives. Me acordé de ti por esa continua relación virtual e intermitente que establecen durante años. Me atravesó el concepto que aparece: in-yeon.
«Hay una palabra en coreano: in-yeon. Significa providencia o destino. Pero se trata específicamente de relaciones entre personas. Creo que proviene del budismo y la reencarnación. Es in-yeon si dos extraños se cruzan en la calle y sus ropas se rozan accidentalmente es porque significa que debió haber algo entre ellos en sus vidas pasadas. Si dos personas se casan, dicen que es porque ha habido ocho mil capas de in-yeon a lo largo de ocho mil vidas».
Todo esto me dejó completamente abatida y rota. Pensé, también, en el concepto de identidad porque encontramos dos personajes que continuamente están buscando descubrir su yo; pensé también en la difícil elección de migrar a otro país y adaptase a él; pensé en que ella se manifiesta como una mujer poderosa dominada por la ambición y él la acepta y la ama tal como es.
Esto es Past Lives y por eso pensé en ti: la iconografía de un fracaso.
*
También vi esta Navidad la serie de Alauda Ruiz de Azúa, Querer. Creo que no tengo palabras para especificar todo lo que sentí. Querer, mentir, juzgar, perder. Hay realidades silenciadas y olvidadas que existen, la violencia sexual dentro del matrimonio es una de ellas. Me dejó absolutamente conmocionada y guardé, pese a que a la serie es brutal y durísima, cierto halo de esperanza para esas mujeres que arrastrarán durante años una malograda existencia.
*
Cuando regresé a Madrid fui al Círculo de Bellas Artes a ver el mediometraje de Elena López Riera, Las novias del sur. Me gustó observar a mujeres de diferentes generaciones hablar del deseo, del amor y del sexo. También se habló del miedo, de las no-novias en los márgenes de las fotografías de boda, de herencias extrañas, de encontrar el amor con 75 años, de la maternidad y de la no-maternidad, del cambio generacional en la forma de establecer relaciones, si bien desear siempre excede el cronotopo. Me gustó algo que dijo Elena en el coloquio posterior: yo soy una militante del amor.
*
Amor, amor y lenguaje.
*
He asumido que tenemos vida absolutamente antitéticas y también paralelas. Mientras yo sigo regida por el deseo y la inestabilidad relacional, tú mantienes una relación pulcra, ideal y estable de muchos años.
Sin embargo, tengo el corazón absolutamente tranquilo, controlo mis emociones y adoro mi vida desatenta y sencilla.
Nos observo en el mismo plano, hastío vital insoportable.
*
Dice Nawja Nimri en Las virgen roja que toda ficción es por definición conservadora.
*
El deseo es interesante.
*
Ayer vi el documental No other land y constaté que lo que se le está haciendo al pueblo palestino tiene nombre y se llama genocidio. He roto relaciones personales porque descubrí a personas a las que quería defender a Israel y no me arrepiento.
*
«¿Cómo sujetar mi alma para que no roce la tuya? / ¿Cómo debo elevarla hasta las otras cosas sobre ti?» Escribe Rilke.