Yo ya no volví más a mí después de
ti.
Sin embargo, a veces, en los
días más inciertos,
alguien me hace volver de regreso
al pronunciar
tu nombre.
Este nombre magnético que me vuela
los ojos,
este nombre que me nace en los
ojos,
este nombre que me llora por los
ojos
como un río caudaloso, como un barrizal de dudas,
este nombre que sigue alojado en la
parte más triste de mi lengua,
este nombre que parece firmar la
muerte de la historia,
este nombre que recelo encontrarme de
frente por si algún día,
en las horas más tramposas y deshonestas,
este nombre se acuerda de mi
nombre.
"Tengo una atmósfera propia en tu aliento, la fabulosa seguridad de tu mirada con sus constelaciones íntimas".
(Vicente Huidobro)
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