Recuerdo como me deshacías
el odio por dentro
y dabas sentido a eso del amor,
mientras Travis nos observaba desde su taxi
a través de la pantalla de tu habitación.
(Y yo sé que a ambos os gustaba verme
vulnerable y lasciva,
desarmada completamente)
Haces menos domingos a los domingos
y ya por eso tienes licencia
para morderme la boca y las medias.
Lo que tú no sabes es que yo te hubiese entregado hasta lo que no tenía,
pidiendo préstamo, comiendo deudas, besando intereses;
todo para que tú me hicieses el café de las mañanas
todos
los
días
de
mi
vida.
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