Fumo porque no tengo tu boca,
bebo porque no quieres mi humedad.
He leído uno de esos libros de Posguerra
en donde las palabras parecen
querer
fusilarnos.
A veces nos dejan maltrechos.
Hace un calor terrible que se desliza
por mis piernas
y que sube, como los ascensores del deseo,
insolente, por todo mi cuerpo.
Y he tenido pura necesidad de escribirte.
Hoy leo a Cernuda, por eso del aniversario
de su muerte.
Y yo duermo sola.
-en cualquiera de los casos, la poesía está de luto-
No hay comentarios:
Publicar un comentario